학술 Mis ensayos

조르쥬 바타이유의 정치 철학: 다양성, 지속성 그리고 공존 (스페인어)

alyosa 2010. 12. 6. 01:44

UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA / DOCTORADO EN FILOSOFÍA

 

  VARIEDAD,  CONTINUACIÓN  Y  CONVIVENCIA

      - PENSAMIENTO  POLÍTICO  DE  BATAILLE

 

FECHA: 2 DE DICIEMBRE DE 2010 

AUTOR : HAE YOUNG  JANG

 

Índice

 

Introducción

1. Contexto histórico de la primera mitad del siglo XX

2. “El estado y el problema del fascismo”(1933) y crítica del mito de la homogeneidad 

3. “La noción del gasto”(1933) y crítica de los dogmas de la economía monerna

4. La parte maldita: ensayo de economía general (1949) y posibilidad de la nueva historia de la convivencia 

4.1. Tres momentos grandes de la historia y tres procesos de la modernidad

4.2. La Guerra fría y El plan Mashall

Conclusión: Más Nietzsche que Marx

Bibliografía 

 

 

 

INTRODUCCIÓN

 

Georges Bataille, según Heidegger, “la mejor cabeza pensante francesa del siglo XX”,[1] terminó su obra La parte maldita: ensayo de economía general (1949) luego de la segunda guerra mundial, la guerra que hace la peor matanza de toda la historia occidental. En esta obra, el autor considera nuestra historia como el paso de una teoría económica restringida fundada sobre el principio de “utilidad” a una teoría económica general fundada sobre el principio de “perdida”:[2] Pone la duda en los dogmas de la economía moderna concentrada sólo en los principios de “ganancia” y “producción”, y propone elaborar en su lugar una verdadera economía general que dé cuenta de otras actividades regidas por el principio de pérdida.[3] En dicho texto, también desarrolla una nueva concepción de la historia, en donde ésta no sea pensada ya como el progreso de la sucesivas formas de conciencia sino como la tensión eterna e irresoluble entre el principio profano de la utilidad y el principio sagrado del sacrificio o de la perdida,[4] busca los valores de los anteriores perdidos o continuados de la época premoderna, reflexiona de dónde nace nuestra tragedia de la guerra, racismo y la pobreza por la Gran Posesión.

Toda su vida Bataille siempre se niega las ideologías poderosas, dentro del campo de la academia, hizo dos negaciones por parte de dos poderosas ideologías cuya importancia queda elocuentemente expresada en dos nombres; Breton y Sartre,[5] él niega casi todas valores actuales ideologizados incluye la ideología más poderosa de la modernidad, la economía capitalista, no obstante, en su negación, se crea nueva valoración aspirada al futuro. De la continuación del anterior, presentó la nueva idea que se basa en las herencias humanas perdidas y continuadas con la derribación y negación de las actuales ideologías. Como así La parte maldita presenta la nueva idea de la economía, sin embargo, en su desarrollo, puede buscar la continuación y la convivencia también.

Con estas premisas, en presento ensayo intento analizar las concepciones políticos-sociales como el pensamiento político en las obras de Georges Bataille, a partir de “El estado y el problema del fascismo”(1933), “la noción del gasto (1933)” y La parte maldita (1949). Y este análisis consiste sustentar que Georges Bataille, el gran pensador y escritor francés de la primera mitad del siglo XX cree que la economía capitalista es la esencia de la modernidad, para derribar esa ideología vieja que resulta el monopolio de la riqueza y las guerras trágicas, presenta las concepciones de la convivencia y la continuación de las variedades como la heterogeneidad, en sus obras. Para justificar dicha propuesta mía, inicialmente voy a analizar el contexto histórico de su época de la primera mitad del siglo XX; posteriormente revisaré su negación de la homogeneidad y su aspiración a la heterogeneidad en El estado y el problema del fascismo; y continuamente  examinaré la negación de los dogmas de la economía moderna de la utilidad en su ensayo de “la noción del gasto”; lo siguiente, voy a considerar su mirada a la historia en su obra maestra La parte maldita a partir del punto de vista la continuación y convivencia. Y con estas investigaciones, en lo último, quiero afirmar qué es la propuesta esencial de Bataille hacia el futuro pacífico ideal.

 

1. Contexto histórico de la primera mitad del siglo XX: la época de combate de las ideas contrarias o confundidas 

 

Un filósofo pero no quería llamarse “el filósofo”, un novelista del erotismo pero había sido un seminarista católico, el escritor y pensador francés Georges Bataille, su vida y pensamiento reflejan “el donjuanismo” o el heroísmo de don Juan, como el erotismo para la placer, el desafío a lo prohibido que obedece el deseo humano, y el muerte.[6] Pero su vida y filosofía no puede separar de su época, además él fue un pensador político que agonizó cómo cambió nuestra realidad negativa en el futuro optimista. Bataiile tenía dolorosas experiencias personales en su vida adolescente, y su época también era crucial, el pensador sobrevivió como un protagonista sufrido, y miró como un filósofo a una época de las guerras y masacre. Bataille nació el año 1897, casi el fin de siglo XIX, vivió y activó la primera mitad del siglo XX de dos guerras mundiales, la gran posesión económica, la guerra civil de España y la guerra fría. Empezó activamente desde los años 1930, una década entre dos guerras mundiales, de la Guerra civil española, y victoria de los nazis y Hitler con las consecuencias y influencias de Gran Depresión. En esos años de entre guerras, el régimen democrático sufre un descrédito radical en toda Europa. Se lo combate desde la derecha nacionalista y desde la izquierda comunista, Unos y otros acusan al liberalismo por su incapacidad para fundar una verdadera comunidad humana que acabe con el individualismo burgués y con la lucha entre las clases sociales, los comunistas y fascistas coinciden en proclamar la necesidad de la revolución, unos y otros exigen el restablecimiento de un poder imperativo que sea capaz de acabar con la fragmentación social, aglutinando a las masas urbanas en una nueva forma de comunidad política, tras las sucesivas victorias obtenidas por los bolcheviques rusos, los fascistas italianos y los nazis alemanes, el ciclo histórico de la democracia burguesa parece haber llegado a su fin. El año 1936 es una fecha crucial: es el año del triunfo electoral de los “frentes populares” en España y en Francia, pero es también el año del alzamiento franquista con el que se inicia la guerra civil española.[7] El liberalismo capitalista se enfrenta con su límite, el fascismo y comunismo se ubican las extremidades de la derecha e izquierda, el fascismo ha ganado el poder político en Europa occidental, el comunismo había ganado en Rusia pero en otro mundo no puede tener poder suficiente para los proletarias, en estas confusiones y combates de las ideologías, los pobres pierden la esperanza, la comida también, las personas pobres de la película de Charlie Chaplín de esa época comen el cuero de sus zapatos porque se agotaban la comida y dinero.[8]    

Como un intelectual responsable de esa época, Bataille se muestra muy crítico con el liberalismo, pero crítico también con los Estados totalitarios edificados por los revolucionarios fascistas y comunistas. No obstante, Bataille ha tenido el deseo de la revolución en la década del 1930, en ese momento había imaginado la posibilidad de una revolución a un tiempo antiburguesa y antitotalitaria[9] aunque luego la abandonó, entonces él presentó ensayos políticos sociales en la revista La Critique sociale con la esperanza de la verdadera revolución, como “El estado y el problema del fascismo” y “La noción el gasto” y revisó los fundamentos del totalitarismo y capitalismo para derribarlos, en el año 1933, tras la llegada de Hitler al poder.[10] 

 

2. “El estado y el problema del fascismo”(1933) y crítica del mito de la homogeneidad

 

Una causa de la tragedia de la primera mitad del siglo XX es el surgimiento del totalitarismo como el fascismo. Como una ironía, el fascismo era el único movimiento revolucionario que ha logrado triunfar[11] en Europa occidental, y su causa era el problema económica del capitalismo internacional. El otro movimiento revolucionario, es decir, el comunismo, no podía lograr el triunfo en el mundo occidental, el comunismo aspira una sociedad totalitaria como el fascismo, el fascismo derechista y el comunismo izquierdista tienen comunes aunque sus metas son totalmente diferentes. Bataille era anti-totalitarista, entonces crítica el fascismo y comunismo ambos, y analiza el totalitarismo concentrado el fascismo en El estado y el problema del fascismo con la metodología dualista de Émile Durkheim. No obstante, en el presente ensayo, enfocamos a la definición y el análisis de Bataille sobre la homogeneidad y heterogeneidad. 

 Según la obra, “Homogeneidad significa conmensurabilidad de los elementos y conciencia de esta conmensurabilidad”,[12] la base de la homogeneidad social es “la producción”, la sociedad homogénea es la sociedad productiva o la sociedad útil, todo elemento inútil queda excluido no de la sociedad total, sino de su parte homogénea.[13] El fundamento de la homogeneidad social y de la actividad es el dinero, el dinero sirve para medir todo trabajo y hace del hombre una función de productos mensurables. Según el juicio de la sociedad homogénea, cada hombre vale según lo que produce, deja de ser una existencia para sí y es tan sólo una función ordenada en el interior de límites mensurables de la producción colectiva.[14] Sin embargo, esta dimensión homogénea de la sociedad se ha dado siempre una dimensión “heterogénea”.[15] El término “heterogéneo” indica que se trata de elementos imposibles de asimilar, esta imposibilidad, que concierne a lo más básico de la asimilación social, afecta al mismo tiempo a la asimilación científica, estas dos formas de asimilación tienen una única estructura: la homogeneidad.[16] Los elementos heterogéneos son excluidos en esta estructura, por el hecho censurado, se dominan los elementos heterogéneos por la estructura homogénea con sus teorías científicas,[17] esa exclusión de los elementos heterogéneos del dominio homogéneo hace los prohibidos sociales y tabús, somete los deseos heterogéneos los sectores de la sociedad o del estado.[18] No obstante, el Estado es el resultado de una alianza entre los elementos homogéneos de la sociedad y los elementos heterogéneos de carácter imperativo, de este modo, la sociedad homogénea, que no puede encontrar en sí misma una razón de ser y de actuar, la halla en su sometimiento a fuerzas imperativas, y halla en el sometimiento de la sociedad homogénea un medio de perpetuarse a sí misma.[19] Como la explicación de Bataille, la concepción totalitaria como el fascismo y comunismo nace en el problema del capitalismo liberal que se basa en la homogeneidad de la producción y el capital (dinero), primera reacción al problema del capitalismo era marxismo del siglo XIX, que luego se desarrollaba al comunismo, la siguiente era el fascismo del siglo XX que se comienza con la religión, ellas empiezan como la resistencia heterogénea contra la homogeneidad del capitalismo moderna liberal pero se retornan a la otra homogeneidad. Es verdad que el error del liberalismo y del marxismo ha estado en ignorar la enorme fuerza de los elementos heterogéneos de la sociedad,[20] entonces nace el fascismo, resulta la tragedia más crucial de los nazis a los judíos, Bataille replica que “el ser es continuo, pero heterogéneo”,[21] y intenta negar el fundamento de la homogeneidad, de “la producción”.

 

3. “La noción del gasto” (1933) y crítica de los dogmas de la economía moderna

 

“La noción del gasto”, fue escribido el mismo año con el Estado y el problema del fascismo, Bataille pone la duda en dos fundamentos principales de la homogeneidad social, de “la producción” y “utilidad”. Estos elementos son los fundamentos principales de la economía capitalista liberal. Para derribar estas concepciones, Bataille desarrolla su tesis de lo contrario, del “gasto”. Este desarrollo se inspiró en la obra antropológica de Marcel Mauss, Essai sur le don (1925). En esta obra, antropólogo francés investiga los costumbres del don y su efecto en la sociedad como “Potlatch” del Norteamérica de los indígenas, y encuentra la forma económica tradicional no sustentada en la utilidad y producción, por eso concluye que nuestra economía social no se basa sólo en la utilidad sino también se basa en el costumbre,[22] y nuestra moralidad no es sólo comercial (“Our morality is not solely commercial”), todavía tenemos las personas y clases que mantienen costumbres del pasado,[23] señala los elementos de la continuación de la herencia anterior de la convivencia de varias culturas a nuestro actualidad y futuro. Con este fundamento antropológico, Bataille desarrolla su concepción del gasto improductivo, inicialmente pone la duda en el principio clásico de “la utilidad”: en la actualidad, todo el mundo dicen que “útil”, “utilidad” y “utilitarismo” como un dogma, pero ¿qué es exactamente lo “útil” a los hombres? En la teoría, esto tiene por objetivo del placer, pero se deja limitar en la adquisición y en la conservación de bienes por una parte, y en la reproducción y la conservación de vidas humanas por otra, entonces cualquier juicio general sobre la actividad social supone el principio de que todo esfuerzo particular debe ser reductible, para ser válido, a las necesidades fundamentales de la producción y de la conservación. [24] Pero la actividad humana no es enteramente reductible a unos procesos de producción y de conservación, sólo el consumo puede dividir claramente en dos partes distintas: la primera es reductible, para los individuos de una sociedad determinada, por el uso del mínimo necesario para la conservación de la vida y la continuación de la actividad productiva; la segunda es el gasto improductivo sin relación con la actividad productiva, por ejemplo, el lujo, los lutos, las guerras, los cultos, los juegos y las artes etc., representan otras tantas actividades que, al menos en las condiciones primitivas, estos pueden llamarlos “las pérdidas”, porque tienen su fin en sí mismos, y constituyen un conjunto caracterizado por el hecho de que en cada caso se hace hincapié sobre la pérdida que debe ser lo mayor posible para que la actividad adquiera su auténtico sentido.[25] Estos gastos improductivos tienen relación con las funciones de la producción y adquisición, como el fin con la utilidad. La producción y adquisición son los medios subordinados al gasto, y el carácter de la producción y de la adquisición es secundario en relación al gasto.[26] Según Bataille, la concepción de la economía que pone el énfasis en la producción no es fundamental porque la historia moderna es corta que antes, entonces la mayoría de la historia y su sociedad sustenta más en el gasto, entonces concepción de lo “útil” para el ser humano es “relativa”[27] y complicada, porque no sólo la producción y adquisición son útil sino el gasto también. Por ejemplo, el caso del costumbre de Potlatch del Norteamérica, el consumo no suntuario que condiciona la riqueza aparece de la manera como  utilidad “relativa”[28]: en Potlatch, el hombre rico distribuye unos productos que le proporcionan otros hombres miserables,[29] el consumo del hombre rico resulta lo útil para los hombres miserables, como esto, la herencia indefinidamente trasmitida del mundo suntuario antiguo, al mundo moderno,[30] pero el mundo moderno utilitario no la utiliza bien, entonces resulta la lucha de clases se convierte en la forma más grandiosa del gasto social.[31] Cuando terminó este ensayo, Bataille proyectó la investigación más profunda sobre la noción del gasto y la economía con la historia, porque la ideología dominante de su época, de la llamada época moderna, no era otra que la ideología economicista,[32] él quería derribar este economismo.

 

4. La parte maldita: ensayo de economía general (1949) - posibilidad de la nueva historia de la convivencia 

 

Bataille se niega que las relaciones económicas sean las relaciones sociales básicas, por ejemplo, las sociedades humanas se han edificado siempre sobre un triple cimiento: por un lado, la organización económica de la producción y del consumo, que asegura la supervivencia física del conjunto de la sociedad; por otro lado, la regulación parental de las relaciones entre los sexos y entre las generaciones, que asegura la reproducción biológica y la transmisión cultural; por último, la regulación política de los conflictos entre individuos y entre grupos, que  garantiza la cohesión social en el interior de la comunidad y desplaza la violencia hacia el exterior, bajo forma de guerra organizada. Bataille también niega que la historia de las sociedades humanas pueda ser descrita como un movimiento lineal y acumulativo, orientado desde el comienzo mismo de la humanidad hacia el dominio creciente de la naturaleza y hacia el incremento ilimitado de la riqueza.[33] De mismo modo, Bataille desarrolla una teoría de la derribación de la economía que se basa de la producción y la ganancia, presenta nueva concepción de la economía general desde el consumo improductivo de la energía excedente, y su fuente es el sol: según Bataille, “el sol siempre da sin recibir”,[34] los hombres lo sintieron incluso antes de que la astrofísica hubiera medido esta incesante prodigalidad, ellos veían cómo el sol hacía madurar las cosechas y unían el esplendor que lo caracteriza con el gesto de aquel que da sin recibir.[35] En esta ocasión, es necesario marcar un doble origen de los juicios morales, en otros tiempos, se daba valor a la gloria improductiva mientras que, en nuestros días, se lo vincula con la medida de la producción: se da preponderancia a la adquisición de la energía sobre el gasto, la gloria misma está justificada por las consecuencias de un fin glorioso en la esfera de la utilidad, no obstante obnubilado por el juicio práctico y por la moral cristiana, pero el sentimiento arcaico está todavía vivo, se encuentra en la protesta romántica opuesta al mundo burgués y no pierde su derecho completamente más que en la concepción clásica de la economía.[36] Como así Bataille afirma que nuestra historia y los valores antiguos siguen continuando y viviendo hasta hoy en nuestra vida actual, por eso el valor de la producción no es absoluta, ni es dogma, la gloria, el gasto sin motivo de la producción, el honor también se valoran en toda la historia incluido hoy el día. Para justificar esta hipótesis suya, Bataille revisa los datos históricos.  

 

4.1. Tres momentos de la historia y tres procesos de la modernidad

La parte maldita se muestra la filosofía de la historia de Bataille, él distingue la historia por tres grandes momentos o tres grandes tipos de sociedad: lo primero, las sociedades de consumación, en las que predomina el gasto improductivo  conjunto de las sociedades primitivas, por ejemplo, las de los aztecas y de los norteamericanos nativos(indígenas) de Potlatch; lo segundo, las sociedades de  empresa, en donde el excedente es absorbido por la empresa militar, por ejemplo de lslam, y por la empresa religiosa, por ejemplo la del Tibet; lo tercero como lo último, la sociedad moderna, burguesa o capitalista, en donde la Reforma religiosa cuestiona el gasto improductivo de la antigua aristocracia guerrera y sacerdotal, fomentando en su lugar la inversión productiva del excedente en la empresa industrial y la acumulación incesante de capital.[37]

 Según la investigación de Antonio Capillo sobre dicha obra, para Bataille, este lo último, la sociedad moderna es el resultado de un triple proceso histórico: el primero de estos procesos es el surgimiento del capitalismo, un sistema económico en donde el excedente ya no es derrochado periódicamente en gastos suntuarios, sino reinvertido con vistas a la expansión y al crecimiento ilimitados del propio sistema, la burguesía se diferencia de la antigua aristocracia guerrera y sacerdotal precisamente por el rechazo de los gastos suntuarios y por la defensa de una racionalidad económica regida exclusivamente por la lógica del cálculo, de la utilidad y ganancia, con ello, se opone a toda forma de ociosidad y de derroche, y exalta las virtudes del trabajo y del ahorro, se opone igualmente a toda división social basada en el estatus;[38] el segundo proceso de modernización tiene lugar con las grandes revoluciones políticas, la puesta en cuestión de la división estamental exige la destrucción del Estado teocrático;[39] por último el tercer proceso histórico de modernización es el que concierne a la religión, desde la Reforma protestante, se inicia un proceso de secularización, con las teorías de Max Weber y a R.H. Tawney, Bataille interpreta como una separación radical entre el orden profano de la racionalidad económica y política y el orden sagrado de la religión, la negación que Lutero y Calvino llevaron a cabo del valor religioso de las obras hasta entonces consideradas sagrados no sólo provocó el desencantamiento del mundo, la desacralización de los objetos, de las personas y de las acciones externas, sino que abrió el camino a la santificación del trabajo, de la profesión, de la acción profana.[40]

 

4.2. Crítica del capitalismo, calvinismo y marxismo

Dentro de este análisis, Bataille señala el papel grande de los protestantes en la formación del mundo moderna de la producción, y el caso especial es Jean Calvino, el origen del puritanismo que intenta regresar a las palabras puras de Jesús fuera de la iglesia católica. Calvino justifica los principios del préstamo con interés, y reconoce la moral del comercio[41] a diferencia de las palabras de Jesús, esto significa que reconoce el monopolio de la riqueza de los burguesías por el nombre del cristianismo. Según Bataille, la posición de Calvino, en relación con el espíritu del capitalismo, no podemos imaginar nada más propicio al crecimiento industrial,[42] el calvinismo llevaba hasta sus últimas consecuencias la inversión de los valores realizada por Lutero.[43] Aunque desde el comienzo hasta el fin Calvin propone que todas sus teorías son para “la gloria de Jesús”, el calvinismo resulta que “la decisión de desvincular la gloria divina de los compromisos donde la había puesto la Iglesia no podía tener una consecuencia mayor que la consagración del hombre a las actividades sin gloria”.[44] Como así la Reforma no es la Reforma de la religión sino es una nueva forma o Re-forma de economía,[45] la ideología más poderosa del capitalismo moderna nace en la vinculación con el cristianismo protestante. Por otra parte o en misma parte, el marxismo nace en el capitalismo contra el capitalismo, Bataille explica que el capitalismo es un abandono sin resguardo hacia la cosa, pero despreocupado por las consecuencias y no viendo nada más allá, para el capitalismo común, la cosa del producto y la producción no es, como para el puritano, lo que él mismo deviene y quiere devenir,[46] este capitalismo resulta la fetichización de mercancías productivas como un objeto de la religión, no obstante, según Bataille, el comunismo y marxismo también lo hacen, el autor francés señala semejanzas entre el marxismo y calvinismo, más allá, con el capitalismo, considera que el marxismo, que heredó su rigor y dio una forma nítida a las veleidades desordenadas, excluyó más fuertemente que el calvinismo la tendencia del hombre a buscarse directamente cuando actúa.[47] Para el marxismo, la más importante cosa es sólo puede comenzar una vez realizada la acción,[48] excluye la tendencia del hombre, Bataille crítica estos todos, los corrientes que oprimen el deseo del ser humano, réplica que “en efecto no deja dudas que el retorno a sí mismo del hombre exige que sean, antes que nada, desenmascarados los rostros hipócritas de la aristocracia y de la religión que no son auténticamente el rostro del hombre sino su apariencia tomada de las cosas”.[49]  

 

4.3. Sentido de la Guerra Fría y Plan Mashall

En la misma línea, Bataille critica el capitalismo y comunismo ambos, muestra su desilusión sobre los comunistas y marxistas que niegan los valores espirituales[50] y que no presentan la alternativa suficiente del capitalismo. En siguiente parte, del análisis de los datos actuales, Bataille otra vez muestra su desilusión sobre estalinismo y la Unión Soviética, sin embargo, como un analista de su época, presenta el punto de vista muy especial sobre la Guerra Fría y el plan Mashall.

Como ya explica, el capitalismo y comunismo tienen tensión y vinculación, porque el comunismo nace en el centro del capitalismo, recibe mismos fundamentos del materialismo aunque su meta es diferente. Como este comienzo, según Bataille, en la época de la Guerra Fría, entre el campo del capitalismo y campo del comunismo, más exacto, entre los Estados Unidos y la Unión Soviética del estalinismo hay la tensión y vinculación:

 

“la diplomacia del Kremlin conserva la llave de los cofres americanos, paradójicamente, es la tensión que mantiene en el mundo quien determina sus movimientos, tales afirmaciones nos llevarían fácilmente hacia el absurdo, pero se puede decir que, sin la U.R.S.S., sin la política de tensión en la que se sostiene, seguramente el mundo capitalista no evitaría la parálisis, esta verdad domina la evolución actual.”[51]

 

Bataille afirma que el equilibrio entre el poder capitalista de los Estados Unidos y el poder comunista o estalinista de U.R.S.S. hace el mundo pacífico sin guerra violentada, con guerra fría; paradójicamente, ellos dos mundos poderosos están conviviendo y son dependientes mutuamente[52] con la rivalidad económica y militar, como el mayor potlatch de la historia.[53] Con esta interpretación interesante y optimista sobre su época, Bataille también interpreta positivamente el sentido del plan Mashall, la ayuda económica de los Estados Unidos al desarrollo europeo promovidas, interpreta este plan económico como otra forma del gasto improductivo del excedente, de los Estados Unidos a Europa, para evitar otra guerra mundial.[54]

 

Conclusión: más Nietzsche que Marx

 

En síntesis, Bataille manifiesta que la historia humana no ha seguido un movimiento uni-direccional de acumulación infinita, sino que ha estado y está sometida a una tensión dialéctica irresoluble, y por tanto trágica, entre dos movimientos de dirección contraria del principio de ganancia que explica las actividades de producción, apropiación y acumulación y del principio de pérdida, que explica las actividades de destrucción, donación y derroche.[55] Para justificar esta tesis bataillana, el pensador niega el mito de la homogeneidad en El estado del problema del fascismo con aspiración a la vida continúa con la heterogeneidad; y explica que la economía dé cuenta no sólo de las actividades productoras de riqueza sino también de las actividades que destruyen esa misma riqueza, que la  gasta, la derrochan, la dilapidan[56] en La noción del gasto para negar los dogmas de la economía moderna; y sintéticamente, en La parte maldita, presenta la nueva concepción de la economía, se llama la economía general, con su filosofía de la historia de la convivencia.

Con dichos análisis, tenemos una pregunta, ¿qué es la sociedad ideal para Bataille? En los años 1930, Bataille había imaginado una comunidad acéfala (en griego “sin cabeza”), de sin Dios y sin rey, sin Führer (“líder” en alemán) y sin pueblo, sin padre y sin patria, es decir, una comunidad no nacional, no política, no susceptible de ser producida o proyectada por el propio hombre y no cerrada en los confines de un Estado,[57] no obstante su imaginario no llega en un anarquismo, él rechaza las respuestas del liberalismo, marxismo y anarquismo todas,[58] y en sus lugares, pone otra respuesta. 

Bataille recibe las influencias de Nietzsche y Marx, además, piensa que las dos propuestas de modernización más radicales son la de Nietzsche y la de Marx, la del artista soberano y la de sociedad comunista.[59] Bataille finalmente toma la primera, abandona la segunda, afirma que la sociedad humana no es solamente el mundo del trabajo,[60] y la ciencia le parecería sin duda una trampa y los científicos espantosamente vanos, sin angustias.[61] El marxismo depende de dichos elementos mismo con los fundamentos mismos de la modernización, pero Nietzsche cree que el hombre debe liberarse de la servidumbre del trabajo, de la ley, de la razón calculadora del temor a la muerte, para afirmar valerosamente la vida como una creación artística siempre renovada.[62] Como Nietzsche, el pensamiento político de Bataille llega en la idea “im-política” o “anti-política”,[63] esa es el pensamiento político de Bataille.

 

BIBLIOGRAFÍA

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·         ______________, “La noción del gasto” y “Hacia la revolución real” en Obras escogidas, (trad. Joaquín Jórda), Madrid: Barral, 1974.  

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·         Campillo, Antonio, Contra la economía: ensayos sobre Bataille, Granada: Editorial Vomares, 1ª edición, 2001.

·         Díaz de la Serna, Ignacio, Del desorden de Dios: ensayo sobre Bataille, México: Taurus, 1ª edición, 1997.

·         Mauss, Marcel, The gift (Essai sur le don), (trad. Ivan Cunnison en Inglés), London: Cohen y West LTD, 3ªreimp., 1970.

·         Sollers, Philippe (dir.); Roland Barthes (et. al), Bataille, (trad. José Sarret Grau), Barcelona: Editorial Madrágora, 1ª edición, 1976.

 

 



[1] Antonio Campillo, “Introducción” en Georges Bataille, Lo que entiendo por soberanía, (Trad. Pilar Sánchez Orozco y Antonio Campillo), Barcelona-Buenos Aires-México: Paidós y U.A.B., 1ª edición, 1996.

[2] Antonio Campillo, “Introducción” en Georges Bataille, El estado y el problema del fascismo, ,(trad. Pilar Guillem Gilabert), Valencia: Universidad de Murcia, 1ª edición, 1993,  p.XV.

[3] Antonio Campillo, Contra la economía: ensayos sobre Bataille, Granada: Editorial Vomares, 2001, 1ª edición, p.61.

[4] Antonio Campillo, “Introducción” en Gerorges Bataille, El estado y el problema del fascismo, p.XV.

[5] Philippe Sollers, “Intervención inicial”, en Roland Barthes (et. al), Bataille, (Trad. José Sarret Grau), Barcelona: Editorial Madrágora, 1ª edición, 1976, p.7.

[6] Véase Michel Leiris, “El donjuanismo de Georges Bataille”, en Geroges Bataille y Michel Leiris, Intercambios y correspondencias 1924-1982, (Ed. Louis Yvert, Trad. Silvio Mattoni), Buenos Aires: Teoría y Ensayo, 2008.pp.11-12.

[7] Antonio Campillo, Contra la economía: ensayos sobre Bataille, pp.6-7.

[8] Una situación en su película “The Gold Rush” (1925).

[9] Véase Goerges Bataille, “Hacia la Revolución real”, en Obras escogidas, (trad. Joaquín Jórda), Madrid: Barral, 1974, pp.217-234.

[10] Antonio Campillo, “Introducción” en Gerorges Bataille, El estado y el problema del fascismo, p.X.

[11] Antonio Campillo, Contra la economía: ensayos sobre Bataille, p.81.

[12] Georges Bataille, El estado y el problema del Fascismo, p.10.

    [13] ídem.

[14] Ibidem., p.11.

[15] Antonio Campillo, “Introducción” en Gerorges Bataille, El estado y el problema del fascismo, p.XVI.

[16] Gerorges Bataille, El estado y el problema del fascismo, p.14.

[17] Ibidem., p.15.

[18] Véase ibidem., pp.15-16 y p.24.

[19] Véase Ibidem., p.XVII y p.36.

[20] Ibidem., p.XVIII.

[21] Ignacio Díaz de la Serna, Del desorden de Dios: ensayo sobre Bataille, México: Taurus, 1997, p.56.

[22] Véase Marcel Mauss, The gift (Essai sur le don), (trad. Ivan Cunnison en Inglés), London: Cohen y West LTD, 3ª reimp., 1970, p.69.

[23] Véase ibidem., p.63. 

[24] Georges Bataille, “La noción del gasto” en Obras escogidas, pp.37-38.

[25] Ibidem., p.40.

[26] Idem.

[27] Antonio Campillo “introducción” en Georges Bataille, Lo que entiendo por soberanía, (trad. Pilar Sánchez Orozco y Antonio Capillo), Barcelona-Buenos Aires-México: Paidós, 1996, p.20.

[28] Georges Bataille, “La noción del gasto”, p.47.

[29] Ibidem., p.51.

[30] Ibidem., p.52.

[31] Ibidem., p.53.

[32] Antonio Campillo, Contra la economía: ensayos sobre Bataille, p.44.

[33] Ibidem., p.60.

[34] Georges Bataille, La parte maldita: ensayo de economía general, (trad.Julián Manuel Fava y Lucía Ana Belloro), Buenos Aires: Las Cuarenta, 2007. p.36.

[35] ídem.

[36] Ibidem., pp.36.-37.

[37]Antonio Campillo, Contra la economía: ensayos sobre Bataille, p.19.

[38] Antonio Campillo “introducción” en Georges Bataille, Lo que entiendo por soberanía, p.30.

[39] Ibidem., p.31.

[40] Ibidem., p.32.

[41] Georges Bataille, La parte maldita: ensayo de economía general, p.125.

[42] Ibidem., p.127.

[43] Ibidem., P.126.

[44] Ídem..

[45] Ibidem., p.129.

[46] Ibidem., p.138.

[47] Ibidem., p.136.

[48] Ibidem., p.137.

[49] Ibidem., p.142.

[50] ídem.

[51] Ibidem., p.183.

[52] Antonio Campillo “introducción” en Georges Bataille, Lo que entiendo por soberanía, p.35.

[53] Antonio Campillo, Contra la economía: ensayos sobre Bataille, p.62.

[54] Véase Antonio Campillo “introducción” en Georges Bataille, Lo que entiendo por soberanía, pp.21-22.

[55] Antonio Campillo, Contra la economía: ensayos sobre Bataille, pp.60-61.

[56] Ibidem., p.61.

[57] Antonio Campillo, “Introducción” en Gerorges Bataille, El estado y el problema del fascismo, p.XX.

[58] Ibidem., p.XIV

[59] Antonio Campillo “introducción” en Georges Bataille, Lo que entiendo por soberanía, pp.33-34.

[60] Ignacio Díaz de la Serna, Del desorden de Dios: ensayo sobre Bataille, p.80.

[61] Georges Bataille, El límite de lo útil, (trad. Manuel Arranz), Madrid: Editorial Losada, 2005, p.13.

[62] Antonio Campillo, Contra la economía: ensayos sobre Bataille, p.21.

[63] Ibidem., p.4.