학술 Mis ensayos

마르크 블로흐 역사를 위한 변명과 폴 리쾨르 기억, 역사, 망각 비교

alyosa 2011. 1. 8. 17:01

첫 학기 때였는데다 바빠서 급하게 써 문법적 오류가 많지만...  마르크 블로흐의 <역사를 위한 변명 (옹호?)> 과 폴 리쾨르의 <기억, 역사, 망각> 속의 '역사' 개념 비교... 마르크 블로흐에 대한 존경을 담아서...

 

UNIVERSIDAD IBEROAMARICANA / DOCTORADO EN FILOSOFÍA

  

SEMINARIO: EPISTEMOLOGÍA DE LA CIENCIA DE LA HISTORIA

­­PROFESOR: DR. LUIS VERGARA

 [ ENSAYO FINAL ]

  

LA EPISTEMOLOGÍA DE LA HISTORIA DE PAUL RICOEUR Y MARC BLOCH

 

- a partir de sus obras de La memoria, la historia y el olvido (2000) y Apología para la historia o el oficio de historiador (1949)

 

17 DE NOVIEMBRE DE 2009

 

AUTOR: HAE YOUNG   JANG

  

INTRODUCCIÓN

 

Presente ensayo intenta investigar las concepciones epistemológicas de la historia, de dos maestros franceses en el tiempo contemporáneo de Paul Ricoeur (1913-2005) y Marc Bloch (1886-1944), a partir de sus obras de La memoria, la historia y el olvido (200o) y Apología para la historia (1949). Para este objetivo, primeramente voy a investigar sus actividades y pensamientos, luego, analizaré ideas principales y concepción epistemológicas en sus textos mencionados, especialmente enfocaré en la  parte II de La memoria, la historia y el olvido y parte I y II de Apología para la historia. Y  en la final, compararé las diferencias y semejantes en sus concepciones epistemológicas. Marc Bloch y Paul Ricoeur existen el centro del corriente historiográfico francés,  pero ellos proponían nueva concepción de la historia contra las  antecedentes, pusieron énfasis en la epistemología de la historia aunque tienen diferentes concepciones, entonces por esta investigación, quisiera saber qué y cómo intentaron  la nueva historia Marc Bloch del siglo XX temprano y Paul Ricoeur del comienzo del siglo XXI.

 

1.  ACTIVIDAD Y PENSAMIENTO DE RICOEUR Y BLOCH

 

1.1. Paul Ricoeur (1913, Valence, Francia - 2005, Cahtenay Malabry, Francia)

 

1.1.1. La vida[1]

 

Ricoeur es un gran filósofo de la historia y el lenguaje del discurso, más exactamente, es un gran hermenéutico en la época contemporánea, tiene interés en el lenguaje de los discursos y fenomenología del tiempo de la historia, analiza fenómeno entre lenguaje y tiempo por la manera de la hermenéutica desde punto de vista del existencialismo cristiano. Nació en una familia de los protestantes, sin embargo, luego quedó como huérfano, sus padres se murieron tempranamente, se creó con sus abuelos, estudió en la Universidad de Rennes y  Sorbona, obtuvo licenciatura en filosofía en el año 1935, pero cuando ocurrió la Segunda Guerra Mundial, fue tomado prisionero por los alemanes, en ese momento, leyó las lecturas de pensadores germanos incluido las de Edmund Husserl que le dio mucha influencia a Ricoeur en el campo de concentración,  y  luego de la guerra, en 1948 le fue otorgada la cátedra de historia de la filosofía en la Universidad de Estrasburgo - y luego en la Sorbona también - , en el año siguiente, publicó sus primeros ensayos, el año 1967 cambió su lugar a la Universidad de Nanterre (actual Univ. Paris X), para desarrollar su pensamiento propio fuera de la tradición filosófica de la Sorbona, pero en el año siguiente, ocurrió la revolución universitario del mayo de 1968, cuando concluyó esta revolución por fracaso, los universitarios y profesores criticaron fuertemente a Ricoeur, como “Ricoeur es anti-revolucionista”, por fin Ricoeur se renunció, después trabajó en la Universidad de Chicago, Lovaina y Paris IV, y en varias universidades también trabajó como profesor visitante, hasta su fallecimiento del año 2005, resulta muchas escritas importantes,  además, según Mario J. Valdés, “es un filósofo de filósofos que ha ejercido tal influencia sobre pensadores en una multiplicidad de campos relacionados”[2], ha dormido con honor y mucho homenaje al gran maestro de la hermenéutica contemporánea.

 

1.1.2. Pensamiento y obras

 

 Según Mario Valdés, “en términos históricos Ricoeur es un filósofo postestructuralista que ha respondido a los mismos retos que Michel Foucault y Jacques Derrida”.[3] Pues sí,  Ricoeur vivía y trabajaba la época de post-estructuralismo, pero no tiene tan influencia o vinculación con los estructuralistas y pos-estructuralistas, sólo tenía mismo interés académico con ellos, sobre el lenguaje. Tal vez si haya alguna relación con ellos, sea la acción de replicar de Ricoeur al estructuralismo, “el desarrollo del pensamiento de Ricoeur que he llamado una filosofía extensa del lenguaje, comienza en 1948”[4], no pone el énfasis sólo en el lenguaje como estructuralistas y pos-estructuralistas sino en el discurso como agregado del lenguaje, más allá, pone el énfasis en la narración. Para investigar su pensamiento, puede calificar por cuatro etapas de la prericoeriana - fenomenología existencial - fenomenología hermenéutica I – fenomenología hermenéutica II. [5] En la primera etapa, publicó  Lo voluntario y lo involuntario (1950),   esta obra representa la influencia de Husserl, la próxima puede caracterizarse de “fenomenología existencial” del momentos de los años cincuenta, la que desarrolló el proyecto de la fenomenología de la voluntad,  “hasta la redacción de La simbólica del mal (1960)”[6],  en la siguiente, en la primera fase de fenomenología hermenéutica de los años sesenta y inicio de los años setenta, escribió Freud: Una interpretación de la cultura (1965) por punto de vista de la hermenéutica psicoanalítico, en última etapa de esta calificación, de la segunda fase de la fenomenología hermenéutica, resultó una de sus obras conocidas, La metáfora viva (1975), analiza los símbolos en el texto los que representan existencia de los hombres, luego, hasta su fallecimiento, resultó grandes  obras como su obra maestra Tiempo y narración (1983-5) y su última obra La memoria, la historia y el olvido (2000). Ricoeur es  la grande sobre filosofía del tiempo y narración,  contra estructuralismo, pone énfasis en el discurso: el lenguaje no es un signo muerto de significado y significante, sino el lenguaje es un representante viva del nuestra existencia del significado, significante y el referente, no debe interpretar y analizar por sólo cada palabra o  - según los estructuralistas - cada signos, sino debe interpretar en el discurso. Además, Ricoeur tiene interés el tiempo que representa por este discurso o narración, el tiempo también está viviendo como el lenguaje, transforma desde pasado al presente, más allá, al futuro con nuestra existencia, la narración es “configuración del tiempo” como la historia La misión de los hermenéuticos es interpretar esta existencia en el tiempo la que representa por el lenguaje en el discurso en la narración, como esto, su pensamiento es una combinación de la fenomenología, la hermenéutica y existencialismo, se basa en el humanismo cristiano, de su creencia: protestantismo, con fe en Dios, intenta recuperación de la humanidad por sus trabajos hasta cuando llegó a su último trabajo de la edad de 87 años, a su gran obra final de La memoria, la historia y el olvido (2000). 

 

1.2. March Bloch (1886, Lyon, Francia - 1944, Saint-Didier-de-Formans, Francia)

 

1.2.1. La vida

 

Bloch es sabido que el gran historiador, uno de los fundadores de la revista Annales del  año 1929, nació en el seno de una familia alsaciana de confesión judía, que había optado en el año 1871 por vivir en Francia, descubrió la historia bajo la férula de su padre Gustave Bloch, profesor de historia romana en la École Normale Supérieure y luego en la Sorbona, por eso, muy pronto el discípulo prometió igualar al maestro[7], asistió a la École Normale donde enseñaba su padre, también recibió las enseñanzas de Meillet y de Ley-Bruhl, pero luego, recibió la gran influencia del sociólogo Emile Durkheim, que comenzaba a enseñar en la Ecole,[8] Bloch abrió su horizonte intelectual con la influencia de Durkheim. [9]  El año 1908, ganó la agregaduría de Historia, estudió en Alemania por la beca del Ministerio de Asuntos Exteriores, luego del regreso a Francia, pudo desarrollar su investigación por beneficio de la Fundación Theres. El joven historiador se lanzó a escribir su tesis sobre las poblaciones rurales de la Isla de Francia en la época de la servidumbre, que lanzó simultáneamente con el trabajo de profesor agregado en el liceo de Montpellier (1912-3), y luego en el de Amiens (1913-4).[10]

 En la vida de Bloch, ocurrieron dos guerras mundiales, en el periodo de su primera (1914-1918), perteneció a la infantería, y fue condecorado con la orden nacional de la Legión de Honor, hasta su segunda, alcanzó buenos resultados como un historiador, desde el año 1919, empezó dar las clases en la Universidad de Estraburgo, en el año 1936, empezó trabajar como profesor de historia económica en la Sorbona. En el año 1929, fundó, junto con su colega Lucie Febvre, la publicación francés más importante en el siglo XX en el campo de la ciencia historia, Annales d´histoire économique et sociale, formaron la escuela de los Annales. Cuando llegó el tiempo de la Segunda Guerra Mundial, participó en la Resistencia Francesa, fue fusilado por los Nazis, en su edad de 57 años, en el momento más trágico de la historia, un gran historiador finalmente llegó a ser la historia.

 

1.2.2. Pensamiento y obras

 

La escuela de los Annales es una parte extraordinaria de los escritos históricos más  significativos del siglo XX,  fue producida en Francia, cuando fundó en el año 1929, su lema era “La nouvelle histoire  (La nueva historia) ”, [11] contra “vieja” historia de Leopold Lanke, “se rechazan en bloque la singularidad, la del acontecimiento y la del individuo, la cronología acompasada por la narración, lo político en cuanto lugar privilegiado de inteligibilidad, se busca la regularidad, la fijeza, la permanencia,”[12] se propician la historia de toda la gama de las actividades humanas en lugar de una historia primordialmente política, como el nombre de su revista, de “Annales d´histoire économique et sociale”, intentan colaboración con otras disciplinas, con la geografía, la sociología la psicología, la economía, la lingüística, la antropología social, etc. [13] Bloch es fundador de esta escuela. Bloch también tiene fama de “uno de los medievalistas más importantes y conocidos del mundo en nuestra época”. [14] Como un miembro de los annales y un medievalista, Bloch había encontrado un problema análogo en Les Rois thaumaturges (1924) y La Sociéte féodale (1939-40): “¿cómo pudo propagarse e imponerse el rumor, la falsa noticia de la capacidad de los reyes para curar a los enfermos de escrófula, sino gracias a la devoción cuasi religiosa hacia la realeza? Hay que presuponer, evitado cualquier desviación anacrónica, la fuerza de una estructura mental específica, la <<mentalidad feudal>>. Al contrario de la historia de las ideas, desarraigada del ámbito social, la historia debe dar paso al tratamiento histórico de los <<modos de sentir y de pensar>>.” [15]Esto es una forma de la investigación de las mentalidades (Mentalite), de los Annales y Bloch, [16] investigación de un lugar, un momento, una sociedad de los hombres, no es de tiempo largo como época, sino del tiempo corto; no es sobre lo individuo sino sobre lo colectivo como una sociedad; no por cronografía singular del acontecimientos políticos sino por análisis colaborado de varios campos de ciencia humana, como económico, histórico  y lingüístico. Su método está cerca de la teoría de la ciencia social, además, aunque Bloch no sea “positivista”,  no deja concepción que la historia es una ciencia,[17] pero su objetivo no es investigación científico de la una sociedad de la edad media sino es una investigación aspirada al presente como una reflexión o lección del pasado al presente, según él,  “comprender el presente por el pasado y comprender el pasado por el presente”.[18] Entonces, Marc Bloch se llama historiador.

 Para entender temperamento de historiador de Bloch, hay dos palabras claves, la primera es “mutilación”: Bloch rechaza una historia que mutilaría al hombre (la verdadera historia se interesa en el hombre íntegro, con su cuerpo, su sensibilidad, su mentalidad y no solamente sus ideas y sus actos) y que mutilaría a la historia misma, que es un esfuerzo total por captar al hombre en la sociedad y en el tiempo. La segunda es, “hambre”: según Bloch, el buen historiador se parece al ogro de la leyenda. Ahí donde olfatea carne humana, ahí sabe que está su presa. Marc Bloch era un hambriento, un hambriento de historia, un hambriento de hombres en la historia. [19]

 

2. LAS CONCEPCIONES EPISTEMOLÓGICAS DE LA HISTORIA EN LA MEMORIA, LA HISTORIA Y EL OLVIDO Y APOLOGÍA PARA LA HISTORIA O EL OFICIA DE HISTORIADOR

 

2.1.  La memoria, la historia y el olvido (2000) de Paul Ricoeur

  

2.1.1. Abstracto e Ideas principales

Durante toda su vida Ricoeur era un filósofo de la historia, para él, la historia no significa cronografía de los acontecimientos históricos sino significa historiografía escrita que “se representa” por la mano de historiador. Tempranamente el año 1955  publicó Historia y Verdad,  posteriormente reflexiona su pensamiento de la historia en libro I (1983) y III (1985) de Tiempo y narración, éstos sus pensamientos de la historia concluye en La memoria, la historia y el olvido (2000). Este libro se encuentra conformada por tres partes de “fenomenología de la memoria – epistemología de la historia y hermenéutica de la conciencia histórica” y epilogo sobre el perdón, como vinculación entre su título de “La memoria - la historia -  y el olvido ” y sus métodos principales de “fenomenología – epistemología – hermenéutica”. Pero las tres partes “remiten a una problemática única que viene a constituir el hilo conductor de todo el libro: la representación del pasado”. [20] En primera parte, Ricoeur analiza fenomenología de la memoria, es primer paso de la representación de la historia, del pasado. Según Ricoeur, la memoria es matriz de la historia, “en la medida en que sigue siendo el guardián de la problemática de la relación representativa del presente con el pasado.”[21] Segunda parte es sobre epistemología de la historia, explica cómo conocen y escriben la historia los historiadores, se usa concepción de tres formas de la operación historiográfica (1974) de Michel de Certeau, pero cambia sus tres elementos de “un lugar - un práctica - una escritura” a “fase documental - fase de explicación y comprensión - fase literaria de representación” de Ricoeur su propia teoría, estas tres fases de la operación historiografía de Ricoeur tiene premisa de “la historia es, de principio a fin, escritura”[22], la historia como una escritura, se desarrolla por estas fases de la operación  historiográfica. En  la parte tercera, Ricoeur señala problema del olvido desde punto de vista hermenéutica, lo más exacto, problema del olvido de la memoria. El olvido es la  amenaza más peligrosa de la memoria, si olvidara la memoria, la historia sería imposible. Además, la memoria puede olvidar por la memoria manipulada, principalmente de manera ideológica, [23] como presenta una historia oficial. No obstante, el olvido puede funcionar como liberar la gente desde la memoria sufrida, ese momento, este olvido sería un olvido feliz, pero para ser un olvido feliz, necesitaría perdón, el perdón y reconciliación son otro tema de esta parte de la conciencia histórica, son vinculadas con la práctica, como crímenes grandes del siglo XX. Ricoeur reconoce perdón es difícil, para llegar a este perdón difícil, los culpables deben reconocer su culpa, luego, deben pedir el perdón/amnistía. Pero el perdón y reconciliación son difícil como ya hablé, pero Ricoeur no abandona la esperanza, “el poder perdonar es el poder del espíritu del perdón, concluye con una recapitulación de todo el itinerario de La memoria, la historia, el olvido, emprendida a la luz del espíritu del perdón”[24], este libro termina con la esperanza y voluntad hacia el mundo justicia como “la memoria encuentra el sentido de la justicia en el camino de la crítica histórica”. [25]

 

2.1.2. Las concepciones epistemológicas

En la segunda parte del presente libro, Ricoeur desarrolla epistemología de la historia por tres fases de la operación historiográfica: la fase documental, explicación/comprensión y fase literaria de la representación historiadora, por estas fases, la memoria se transforma en la historia.  

 

2.1.2.1. Fase documental I.: el espacio habitado y el tiempo histórico.

 Básicamente para hacer una historiografía, es necesario su lugar y momento, este lugar debe ser el espacio habitado, no puede ser una planeta misteriosa sin hombre sin habitación, este lugar debe ser espacio habitado y vivido. El espacio habitado, una base del objeto de la historia, se recuerda por la memoria, como “yo estaba allí”, describe o representa por el lenguaje, y esta descripción del espacio está archivada y documentada como un testimonio, para ser un documento del testimonio, necesita el tiempo, como la fecha, esta fecha depende del calendario, el calendario vincula el tiempo cósmico y el fenomenológico,[26] mi tiempo fenómeno como “antes”, “pasado”, “cuando era niña”, logra su fecha como “7 de julio de 2009” por el calendario, es Inscripción del tiempo fenomenológica al tiempo histórico, más allá, a la historia. En el mundo occidental, el tiempo largo es dividido en gran periodos por cronografía, como Antigüedad, Edad Media y tiempo moderno, esta periodización lo mata el tiempo, fija el tiempo en la cronología, formaliza ideológicamente las grandes periodizaciones, pero el tiempo es vivido, no debe fijar en la periodización artificial, este tiempo viva y espacio vivido, dos bases de la investigación de la historia se archivan en fase documental, su primero fase es el testimonio.

 

2.1.2.2. Fase documental II: Testimonio-el archivo-la prueba documental

El testimonio nos conduce de las condiciones formales al contenido de las cosas pasadas, de las condiciones de posibilidad al proceso efectivo de la operación historiográfica, con el testimonio, se abre un proceso epistemológico que parte de la memoria declarada[27], es verdad que en practica cotidiana, el testimonio es conocida más para el ámbitos jurídico, Ricoeur cita definición del término de Renaud Dulong, de “un relato autobiográficamente certificado de un acontecimiento pasado, se realice este relato en circunstancias informales o formales”. [28] Este testimonio es archivado, original del testimonio es oral, es escuchado, pero luego de su archivación, ese archivo del testimonio es escritura, el historiador es un lector de archivo, en este trámite del testimonio – archivo, Ricoeur pone la sospecha con cita del Pedro de Platón, “¿el paso del testimonio oral a escrito, a documento de archivo, es en cuanto a su utilidad o inconveniente para la memoria viva remedio o veneno?”[29] Sigue existiendo esta sospecha, sin embargo, el documento de archivo está abierto a cualquiera que sabe leer a diferencia del testimonio oral dirigido a un interlocutor preciso, como Pedro, las palabras de Platón se documentaron y captaron, por eso, todo el mundo sabemos sus frases famosas, como así, “la transformación del estatuto de testimonio hablado al de archivo constituye la primera mutuación histórica de la memoria viva: el testimonio oral tiene un destinatario designado; el documento archivado no”.[30] Entonces, los historiadores hacen la prueba documental, como última fase documental, “el historiador inicia la investigación de archivos cargado de preguntas”, leería valoraría su autenticidad y su veracidad,”[31] y logra la hipótesis, según Antonie Prosa, “no hay observación sin hipótesis, ni hecho sin preguntas”, [32] trípode básico del conocimiento histórico es huella-documento-pregunta. En este conocimiento histórico de la prueba documental, los historiadores logran un hecho o unos hechos con sus fechas, de lugares, de nombre propios, de verbos de acción o de estado, [33] estos hechos probados ya no más son acontecimientos, acontecimiento es un fundamento del hecho, pero luego de construcción del hecho, ya no es igual, acontecimiento y su resultado del hecho son diferentes, esta reciprocidad entre la construcción y la fundamentación del hecho expresa el estatuto epistemológico específico del hecho histórico,[34] “el acontecimiento puede figurar en el discurso histórico, la cosa de la que se habla es el acontecimiento, el <<apropósito de que>> es el discurso”[35], Ricoeur pone el énfasis en el discurso histórico, como una base de su pensamiento histórico.  

 

2.1.2.3. Fase de  explicación/comprensión

Es en el nivel de la explicación/comprensión donde la autonomía de la historia respecto a la memoria se afirma con más fuerza en el plano epistemológico, explica es, de modo general, responder  a la pregunta <<¿por qué?>>, no lejos de los enfoques comunes a todas las disciplinas científicas, como las de los positivistas, caracterizados por el recurso, en formas diversas, a procedimientos de modelización sometidos a la prueba de la verificación, por eso, modelo y prueba documental van juntos.[36] “Comprensión” es conocido que hay más cerca del campo de la  hermenéutica que arte de interpretar textos, “la interpretación es un rasgo de la búsqueda de la verdad en historia,  según Dilthey, la interpretación es una forma especial de comprensión vinculada a la escritura.[37] Generalmente “comprensión” es conocido como el termino antagónico de “explicación”, pero “la escala de descripción y de lectura y el ritmo temporal, puede ofrecer una guía interesante en la exploración de los modelos diferenciados de explicación en cuanto a su relación con la comprensión”[38]. En la historia, no hay modo privilegiado de explicación, [39] a diferencia de Dilthey, Ricoeur considera que la interpretación en historia recorre la operación historiográfica en s totalidad de manera que el campo de su aplicación incluye y rebasa la fase de explicación y comprensión mutua.[40]  

 

2.1.2.4. Fase literaria: representación historiadora

Para Ricoeur, La última fase de este recorrido epistemológico es fase literaria de la representación historiadora, para él, la historia es puramente escritura, el uso del termino “representación” señala, “entre otras cosas, la continuidad de una misma problemática de la fase explicativa a la fase escrituraria (y, más profundamente, en lo relativo a las relaciones entre la historia y la memoria, que también es representación)”[41], uno de los recursos específicos de la representación es las formas narrativas,[42]en la forma narrativa, se configura la trama, por esta trama, puede representar algo histórico. No obstante, la trama puede configurar en la fase de la explicación/comprensión también, pero esto es para plano distinto, la representación en su aspecto narrativo, no se añade desde el exterior a la fase documental y a la explicativa, sino que las acompaña y las sostiene.[43] La trama es capaz de articular en una misma configuración estructuras y acontecimientos, acerca de la definición narrativa de los acontecimientos, es lo que al sobrevenir, hace avanzar la acción: es una variable de la trama.[44] Sigue Ricoeur, señala las cosas de la retórica como expresión dentro de configuración narrativa, señala que Giambattista Vico (1668-1744) dejó dos herencias de la retórica en el plano de la descripción de la figuras de pensamiento y de discurso, llamadas tropos de la metáfora, metonimia, sinécdoque y ironía, y en el de la defensa de modos de argumentación que la retórica opone a las pretensiones hegemónicas de la lógica, [45] Ricoeur rechaza concepción de estructuralistas, formalistas, pos-estructuralistas y Hayden White, su concepción que “relato histórico y relato de ficción pertenecen a una sola y misma clase, la de las <<ficciones verbales>>”[46] y su análisis de la historia por 4 tropos de metáfora, metonimia, sinécdoque e ironía, según Ricoeur, aunque la historia es un relato o narrativa, no es ficción sino representante de la verdad. Pero Ricoeur reconoce límite de representación. Por el caso del Shoah, lo reconoce y critica a los teóricos mencionados. Entonces, Ricoeur, presenta nueva concepción de la representación historiadora de “representancia”, “el termino <<representancia>> condesa en si mismo todas las expectativas, todas las exigencias y todas las aporías vinculadas a lo que se llama, por otra parte, la intención o la intencionalidad historiadora: designa la espera vinculada al conocimiento histórico de las construcciones que constituyen reconstrucciones del curso pasado de los acontecimientos”.[47] Es una réplica y solución de Ricoeur a los defensores de la posición narrativista la que la configuración narrativa es un modo explicativo alternativo a la explicación causal, a sus detractores que reclaman que la historia-problema ha reemplazado a la historia-relato.[48] 

 

2.2. Apología para la historia o el oficio de historiador (1949) de Marc Bloch

 

2.2.1. Abstracto e ideas principales

Esta obra es “sobre el cómo y el porqué se estudia la historia”[49], empieza con la pregunta de un hijo del historiador que “papá explícame para qué sirve la historia”[50],  y según Bloch, “este libro es mi respuesta”.[51] Como esto, esta obra no es sólo para los historiadores sino para toda la masa incluido ese muchachito que pregunta sobre historia. A diferencia de la obra grande de Ricoeur, Bloch no la escribe sólo para objetivo académico, además, esta obra fue escribido cuando refugió Bloch por amenaza de los Nazis y el régimen de Vichy, en ese momento, él no pudo utilizar suficientemente los archivos como bibliografía, por esta razón, la escribió fuera de la forma académica, según Jaques Le Goff, “este libro es un tratado de método, no un ensayo de filosofía histórica”[52]. “La obra es, ante todo, una defensa de la historia”[53], intenta defender la historia del prejuicio y critica de la masa, intenta explicar función de la historia en la realidad de su época revuelta – de siglo XX temprano de dos guerras mundiales - a la masa, también intenta presentar qué es el oficio del historiador a los historiadores y universitarios. Sin embargo, lamentablemente Bloch no pudo terminarla. El año 1943, finalmente dejó de escribirla, luego, nunca más regresó a su escritorio, entonces esta obra fue ordenada y publicada por su compañero Lucien Febvre y su hijo Étienne Bloch, la obra se configura por 5 capítulos, pero capítulo V es muy corto, es verdad,  se queda en incompleta por muerte de Bloch.

 Su idea principal en esta obra es tan clara, la historia es ciencia de los hombres del tiempo del pasado al presente, esta “historia deber ser verdad”[54], los historiadores deben ser moralista y hombre justo en la práctica actual como representante de la verdad.[55] Para afirmar estas tesis de la historia y el oficio de historiador, intenta revisar los métodos de investigación histórica siguiendo el orden de Cap. I. la historia, los hombres y el tiempo (objetos de la historia) – II. La observación histórica – III. La crítica – IV. El análisis histórico. En lo primero,  desde sentido del término la “historia”, explica concepción de la historia, luego, revisa los objetos epistemológicos de la investigación histórica como los hombres, el tiempo y el lenguaje a partir del sentido de la historia y la elección historiador. Y en lo segundo, intenta explicar cómo observa  las condiciones del estudio del pasado como los testimonios, “el pasado es por definición algo dado que ya no será modificado por nada, pero el conocimiento del pasado es una cosa en progreso que no deja de transformarse y perfeccionarse”[56]. Como esto, para que conoce bien el pasado en el presente, debe observar (Cap.II), criticar (cap. III) y analizar (Cap. IV). En el capítulo III, Bloch cita la frase de Ellies du Pin la que “la critica nos conoce pos los caminos oscuros de la Antigüedad, haciéndonos distinguir lo verdadero de lo falso”:[57] esta es función de la crítica, los historiadores deben mirar a la historia desde punto de vista critica para encontrar la verdad y lo justo, al testimonio y a la memoria también, debe revisarlos por el método crítico contra la mentira del testimonio y el error de la memoria. En Cap. IV,  Bloch pide cuidado con la trampa de las palabras: siempre hay posibilidad de equivocación en el uso del lenguaje, entonces, como todo científico, el historiador debe elegir y clasificar en una palabra, “analiza”.[58] De principal al fin Bloch pone el énfasis en el oficio de los historiadores, el problema epistemológico de la historia no es solamente un problema intelectual y científico, sino también un problema cívico y hasta moral,  el historiador tiene sus responsabilidades. Según él, historiador sabe decir que “no lo sé, no puedo saberlo”, debe poner la sospecha en todos lugares en todos conocimientos para empezar buscar la verdad negada y ocultada, como caso de Dreyfus, entonces, en el último capítulo no acabado, CaP. V, es terminado con siguiente frase: “ni en la historia, ni en ninguna otra ciencia las causas se presuponen, se buscan”. [59]

 

2.2.2. Las concepciones epistemológicas

2.2.2.1. La historia, los hombres y el tiempo en el pasado y presente

Para Bloch, “la historia es investigación, y por tanto, elección”[60] del historiador, entonces Bloch comienza su desarrollo desde la elección del historiador, “toda investigación histórica presupone, desde sus primeros pasos, que la investigación tiene ya una dirección”.[61] Pero previamente debe definir qué es la historia. La historia no es ciencia del tiempo ni es ciencia del ser humano, sino ciencia de los hombres del tiempo. Nuestra arte, nuestros monumentos literarios están llenos de los ecos del pasado, vive en duración, el cristianismo también desarrolla el gran drama del pecado y de la redención en la duración,[62] entonces esta duración larga del tiempo histórico, sin duda ha cambiado mucho de contenido incluido el lenguaje en los labios de los hombres hace más de dos milenios, por esta causa, en el lenguaje, hay el destino de todos los términos que realmente tiene vida. [63] No obstante, los historiadores siempre tienen la obsesión por los orígenes, no quitan presión y apego de “original”, pero, ¿qué es origen exacto del régimen feudal? ¿dónde buscarlo? Algunos han respondido “en Roma”, otros “en Germania”, es decir, este término de “feudal” se comenzó usar las generaciones posteriores[64] para definir el régimen de la época anterior, es decir, el pasado. Como así, el pasado siempre define en el presente, además, el presente depende del pasado,  por ejemplo, las ideas revolucionarias del siglo XVIII provienen de las ideas inglesas del siglo XVII, [65] como esto, “presente” significa pasado cercano,[66] “un fenómeno histórico nunca se explica plenamente fuera del estudio de su momento”[67], en esta duración viva y continua del tiempo, la obsesión por los orígenes sólo es un ídolo que inventa por los historiadores. 

 Si haya algo en la frontera del pasado y presente, eso sería sólo “un cambio”, el historiador quiere captarlo, pero en la realidad, tenemos sólo el último rollo está intacto (actual momento del presente),  pues, para reconstruir los trazos rotos de los otros (momentos pasados), primero hubo que enrolla la bobina en sentido inverso a las tomas, necesita unir el estudio de los muertos con el de los vivos, la vid es demasiado breve y los conocimientos se adquieren muy lentamente, a unos como a otros, las investigaciones históricas no padecen de autarquía, aislado, ningún especialista entenderá nada sino a medidas que no puede hacerse sino con ayuda mutua, es la historia universal,[68] Bloch presenta las maneras o fases de investigación histórico del tiempo pasado o los hombres del tiempo pasado, como observar, criticar, y analizar.

 

2.2.2.2. La huella y testimonio: objetos de la observación, crítica y análisis.

En segundo capítulo, Bloch presenta su concepción de la huella y testimonio para la observación histórica, según el texto, “los historiadores se halla en la absoluta imposibilidad de constatar por sí mismo los hechos que estudia, ningún egiptólogo ha visto a Ramsés; ningún especialista de las guerras napoleónicas ha oído el cañón de Austerlitz”[69], como estos, a diferencia del conocimiento del presente, el conocimiento del pasado es “indirect0”,[70]entonces, ¿cómo puede investigar este conocimiento indirecto del pasado? Por huella y testimonio, más exactamente, la huella incluidos la  que no son escritas y testimonios escritos, “el conocimiento de todos los hechos humanos en el pasado y de la mayoría de ellos en el presente, tiene que ser un conocimiento por huellas”,[71] es decir, la marca de un fenómeno que nuestros sentidos pueden percibir, el pasado es ya no será modificado por nada, pero el conocimiento del pasado es una cosa en progreso que sigue transformando. Por ejemplo, el conocimiento de las mentalidades individuales, los historiadores de los periodos antiguos, incluso de la Edad Media, se encuentran desarmado, pues no poseen “ni cartas privadas ni confesiones” y su tiempo nos ha legado, a lo sumo, “malas biografías en un estilo convenido”. De allí resulta que toda una trate de nuestra historia afecta necesariamente el vuelo, un poco exangüe, de un mundo sin individuo. 

 La huella es matriz del conocimiento del pasado, en nuestra inevitable subordinación al pasado, siempre condenados a conocerlo exclusivamente por huellas,[72] los testimonios son principal subcategoría de las huellas, Bloch califican los testimonios por los voluntarios y involuntarios, los historiadores deben observarlos y criticarlos. Mas allá de observación, Bloch desarrolla un intento de una lógica del método crítico, como una búsqueda de la verdad. “Hasta los policías más ingenuos saben que no se debe creer sin más a los testigos, sin perjuicio de no siempre sacar el mejor partido de este conocimiento teórico, asimismo, desde hace mucho, uno se previene de no aceptar ciegamente todos los testimonios históricos,”[73] los historiadores deben poner la sospecha en todos testimonios para distinguir la verdad de la falsa,  es primer paso de la critica, el método critico es una búsqueda de la verdad o falsa en el conocimiento histórico. Hay varias clases de la falsa, como el error simple por límite de memoria, porque ningún testigo es capaza de recordar correctamente,[74] “entre la pura simulación y el error totalmente involuntario, existen varios grados, aunque sólo se por la fácil metamorfosis que transforma la tontería más sincera en mentira, si la ocasión es propicia”.[75] “Es cierto que muchos testigos se equivocan de buena fe, para historiador, ha llegado el momento de sacar provecho de los valiosos resultados con los que la observación in vivo ha forjado, desde alguna décadas, una disciplina casi nueva”.[76]

 Más allá del método crítico, finalmente llega al análisis histórico, la misión de los científicos ya ha terminado, ha observado y explicado, la tarea del científico se termina, pero, para los historiadores no ha terminado porque la historia aspira “lo justo”, más allá del conocimiento científico. Bloch, quien detesta a los historiadores que “juzgan” en lugar de comprender, no arraiga menos profundamente la historia en la verdad y la moral, la ciencia histórica remata en la ética, nuestra época, en desesperada busca de una ética nueva, debe admitir al historiador entre esos investigadores de la verdad y de los justo, no fuera del tiempo, sino en el tiempo.[77] Como un análogo, Bloch intenta encontrar la justicia por el acto de analizar al lenguaje en el conocimiento histórico, pero no más desarrolló esta tesis, queda en nosotros una obra incompleta con su valor de más que  la completa.

 

 

3. COMPARACIÓN Y DISCUCIÓN DE RICOEUR Y BLOCH : DIFERENCIAS Y SEMEJANTES

 

3.1. DIFERENCIAS

Sin duda, Bloch es un científico, era un fundador de los Annales, una escuela francesa que se basa en las teorías de la ciencia social, también Bloch investiga los hombres de la edad Media por punto de vista de la ciencia social,  aunque rechaza el positivismo, del principio al fin en su obra dice que “la historia es ciencia”, además, según su propia palabra, “no tengo cabeza de filósofo”,[78] por esta razón, en su obra La apología para historia más explica sobre método de la investigación como observar, criticar y analizar. En este modo, el término de la historia de Bloch no señala sólo escritura de la historia, en alguna parte, Bloch indica la historia como acontecimientos del pasado, alguna vez indica la historia como proceso que está investigando la historia antes del ser un  escritura historiográfica. En cambio, Ricoeur, es un hermenéutico, rechaza concepciones científicos en el campo de la historiografía, porque según él, la historia puramente es escritura, aunque Bloch y los Annales son diferentes con positivistas y modernistas, los Annales también son científicos a diferencia de Ricoeur. Según Ricoeur fundamentalmente la historia no es ciencia, es un relato o narración como un objeto de la investigación hermenéutica. Sin duda, en su obra la memoria, la historia y el olvido, el término “la historia” significa sólo una escritura de la historia, por esta razón, desarrolla la operación historiográfica como fase documental-explicación/comprensión-representación historiadora, todas fases relacionan con “escribir la historia”.   

 

3.2. SEMEJANTES e INFLUENCIAS

Bloch y Ricoeur enfatizan “tiempo” y “hombre”, entonces Ricoeur reconoce las  influencias de Bloch,  según Bloch, el tiempo pasado, presente y futuro se relacionan, como tiempo vivo, la frase de Bloch de “comprender el pasado por el presente, comprender el presente por el pasado” es citado en La memoria, la historia y el olvido de Ricoeur con la concepción de la huella y testimonio de Bloch.[79]  Además, Bloch da énfasis a los hombres. Según él, el objeto de la historia es los hombres del tiempo, no enfatiza en los acontecimientos del tiempo pasado sino enfatiza a los hombres. El caso de Ricoeur, él no enfatiza a los hombres del tiempo, sino enfatiza en las cosas reflexionadas en el discurso histórico, pero estas cosas reflexiona la existencia del ser humano, la meta final de Ricoeur no es la  representación retórica y trama literaria en el discurso, sino es la existencia de los hombres representada en discurso, como el referente del discurso. Ricoeur rechaza concepción del estructuralismo, formalismo y la de H. White, porque en sus teorías, sólo hay estructura, forma y retórica o narrativa, no hay su referente, los humanos, entonces Ricoeur también enfoca a los hombres detrás del lenguaje y discurso, aunque hay alguna distinción entre Bloch y Ricoeur, también hay una semejanza, como los pensadores del tiempo y hombre.

Bloch es un científico, sin embargo como Ricoeu, Bloch también critica el positivismo.  Rechaza el objetivismo, dicotomía, y concepción histórica depende de la cronología y descriptiva  del positivismo, fundó la escuela Annales contra historiografía positivista de L. Lanke. Además, Bloch distingue la historia de la sociología, Ricoeur acepta esta concepción, cita en La memoria, la historia y el olvido.  Bloch recibió gran influencia de la sociología de Emile Durkein en su vida adolescencia, pero luego, poco a poco se superó su  influencia.

No obstante, las semejantes más importantes entre Bloch y Ricoeur no hay en el campo de sus teorías, sino hay en sus creencias, son sus concepciones de la ética y la  verdad:  Ricoeur y Bloch creen que la historia es reflexión y representación de la verdad, si la historia no reflexione la verdad, no más podría ser la historia, sería sólo una ficción. Ricoeur dice que la historia es narrativa, pero rechaza concepción narrativista del H. White, porque White no reconoce función de la historia del representante de la verdad. Aunque hay  problemas en la narrativa historiadora, como límite de la representación y problema del testimonio, la historia debe basarse en la verdad, esto significa que los historiadores tienen deber o oficio del mensajero de la verdad, según expresión de Bloch, “la historia deber ser verdad; el historiador se realiza como moralista, como hombre justo”[80]. Es el oficio de historiador, Ricoeur y Bloch no olvidan nunca este oficio.   

 

CONCLUSION

Paul Ricoeur es hermenéutico de siglo XX tardío. Para él, la historia es totalmente  escritura, entonces, desarrolla epistemología de la historia por fases documental,  explicación/comprensión y representación historiadora. En estas fases, se configuran  discursos históricos, en estos discursos puede buscar nuestra existencia, puede representar nuestra verdad. Marc Bloch es historiador de los Annales de siglo XX temprano, él tiene interés el oficio de historiador, quiere explicar cómo se sirve la historia, por esta causa, desarrolla epistemología de la historia por la manera enfocando al método de la investigación, como fases de observar, criticar y analizar.  Bloch vivía el momento más duro en el tiempo contemporánea, de dos guerras mundiales, y masacre racial, al su raza y su familia, a los judíos, entonces ponía énfasis en función de la historia como realización de la justicia, siempre vincula el pasado con presente. Ricoeur, filósofo de segunda mitad de siglo XX - aunque vivía en casi todo del  tiempo de siglo XX -, de la revolución universitario francés, la guerra vietnamita y nuevo milenio, esta generación se pierde humanismo, sigue viviendo en la confusión de la creencia, en este momento caótico, como un  maestro, Ricoeur intenta recuperación de nuestra existencia, rechaza todos formalismos,  enfoca la esencia de humanidad dentro del discurso,  estos son objetivo de la epistemología de la historia de Bloch y Ricoeur, se representan en sus obras de Apología para la historia y La memoria, la historia y el olvido.  

 

BIBLIOGRAFÍA

 

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·         Vergara, Luis, Paul Ricoeur para historiadores: un manual de operaciones, 1ª edición, México y Madrid: UIA y Plaza y Valdés, 2006.



[1] Las fechas sobre la vida de Ricoeur se toman en Luis Vergara, Paul Ricoeur para historiadores: un manual de operaciones, 1ª edición, México y Madrid: UIA y Plaza y Valdés, 2006, pp.21-24.

 

[2] Mario J. Vadés, “introducción a la obra de Paul Ricoeur” en Con Paul Ricoeur, indagaciones hermenéuticas, 1ª edición, Barcelona: Azul Editorial y Monte Ávila Editores Latinoamericana, 2000, p.X.

[3] Ibidem., p.IX.

[4] Ibidem., p.X.

[5] Variega, Paul Ricoeur para historiadores, p . 25

[6] ídem.

[7] Olivier Dumoulin, Marc Bloch o el compromiso del historiador, (trad. Esteban Molina González), 1ª edición, Granada: Universidad Granada y Universitat Valéncia, 2003, p.7.

[8] Peter Burke, La revolución historiográfica francesa: la Escuela de los Annales 1929-1989, (Trad. Alberto Luis Bixio), 1ª edición, Barcelona: Editorial Gedisa S.A., 1993. P.22.

[9] O. Domoulin, Marc Bloch o el compromiso del historiador, p. 7.

[10] Ibidem., p. 8.

[11] P. Burke, La revolución historiográfica, pp. 11-12.

[12] Paul Ricoeur, La memoria, la historia y el olvido, (trad. Agustín Neira), Madrid: Trotta, 2003, p. 251.

[13] P. Burke, La revolución historiográfica, pp. 11-12.

[14] Carlos Antonio Aguirre Rojas, Los Annales y la historiografía francesa: tradiciones críticas de Marc Bloch a Michel Foucault, 1ª edición, México: Ediciones Quinto Sol, 2000, p. 199.

[15] P. Ricoeur, La memoria, la historia y el olvido, p. 253.

[16] Ibidem., p. 253.

[17] Jaques Le Goff , “Prefacio”, en Marc Bloch, Apología para la historia o el oficio de historiador, anotada por Étienne Bloch, prefacio de Jacques Le Goff,  (trad. María Jiménez, Danielle Zaslavsky y María Antonia Neira B), 2ª edición por español, México: FCE, 2001, p. 15.

[18] Paul Ricoeur, La memoria, la historia y el olvido, p.22.

[19] J. Le Goff, en “Prefcio” en Marc Bloch, Apología para la historia o el oficio de historiador,  p. 15.

[20] L. Vergara, Paul Ricoeur para historiadores, p. 46.

[21] P. Ricoeur, La memoria, la historia y el olvido, p.119

[22] Ibidem., p. 203.

[23] L. Vergara, Paul Ricoeur para historiadores, p. 143.

[24] L. Vergara, Paul Ricoeur para historiadores, p.145.

[25] P. Ricoeur, La memoria, la historia y el olvido, p.650.

[26] Ibidem., p. 196.

[27] Ibidem.,  p. 210.

[28] Citado en Ibidem., p. 213.

[29] L. Vergara, Paul Ricoeur, p. 94.

[30] ídem.

[31] P. Ricoeur, La memoria, la historia y el olvido, p. 233.

[32] Ibidem., p. 233-4.

[33] Ibidem., p. 235.

[34] ídem.

[35] Ibidem., p.236.

[36] Ibidem., p.241.

[37] Ibidem., p.245

[38] ídem.

[39]  Ibidem., p. 244.

[40] L. Vergara, Paul Ricoeur para historiadores, p 98.

[41] Ibidem., p.110.

[42] P. Ricoeur, La memoria, la historia y el olvido, p. 313.

[43] Ibidem., p. 316.

[44] Ibidem., p.322.

[45] Ibidem., p. 330.

[46] Ibídem., p.333.

[47] Ibidem., p. 366

[48] Véase L. Vergara, Paul Ricoeur para historiadores, p. 96.

[49] Massimo Mstrogregori, El manuscrito interrumpido de Marc Bloch: Apología para la historia o el oficio de historiador, (Trad. Isidro Rosas Alvarado), 1ª edición, México: FCE, 2001, p. 9.

[50] M. Bloch, Apología para la historia o el oficio de historiador,  p. 41.

[51] ídem.

[52] M. Bloch, Apología para la historia, p. 19.

[53] J. Le Goff, “Prefacio”, en Marc Bloch, Apología para la historia, p. 10

[54] M. Bloch, Apología para la histora, p.27.

[55] ídem.

[56] Ibidem., p.82.

[57] Ibidem., p.99.

[58] Ibidem., p.143.

[59] Ibidem., p.179.

[60] J. Le Goff, “Prefacio”, p.20.

[61] Ibidem., p.24.

[62] M. Bloch, Apología para historia, P.42

[63] Ibidem., p. 53.

[64] Ibidem., p. 63

[65] Citado por Seignobos, en Ibidem., p. 63.

[66] Ibidem., p.64-65.

[67] Ibidem., p. 64.

[68] Véase Ibidem., p.73.

[69] Ibidem., p.75.

[70] ídem.

[71] Ibidem., p.79.

[72] Ibidem., p.86.

[73] Ibidem., p.97.

[74] Ibidem., p.114.

[75] Ibidem., p.112.

[76] ídem.

[77] Le Goff,”prefacio”, p. 27.

[78] Ibidem., p.19.

[79] Véase P. Ricoeur, La memoria, la historia y el olvido, pp. 223-227.

[80] M. Bloch, Apología para la historia, p. 27.