대략적인 내용은 [볼테르는 낙관주의적 유토피아주의자들을 비판하고 있지만 그런 그의 < 캉디드 혹은 낙관주의 (1759)> 또한 유토피아적 변증법의 전통을 피하지 못하고 오히려 계승하고 있으며, 아메리카 대륙을 유럽인들을 위한 유토피아로 바라보는 시각 역시 반영하고 있다 : 이러한 나의 가설을 증명하기 위해 유토피아적 사상의 역사적 배경을 분석하고 이후 볼테르의 사상적 성향과 그의 시대, <캉디드>의 내용 및 < 캉디드> 가 비판하고자 했던 당시의 세가지 사조를 분석한 뒤 <캉디드 > 속에 나타난 유토피아적 (혹은 토피아적) 변증법을 찾아낸다.] 우리말 설명을 잘 못하겠는데 대충 그런 내용의 소논문
우리말로 된 관련 글 "루소의 에밀과 볼테르의 캉디드 혹은 낙관주의" => http://blog.daum.net/latincine/5989980
UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA
DOCTORADO EN FILOSOFÍA
LA DIALÉCTICA UTÓPICA (O TÓPICA) Y CÁNDIDO O EL OPTIMISMO (1759) DE VOLTAIRE
CLASE: ILUSTRACIÓN FRANCESA
PROFESOR: DR. IGNACIO DÍAZ DE LA SERNA
FECHA: 10 DE MAYO DEL 2011
AUTOR: HAE YOUNG JANG
ÍNDICE
Introducción
1. Contexto histórico de la línea utopista: dialéctica entre topía y utopía
2. Contexto histórico y teórico de Cándido o el optimismo (1759)
: pensamiento de Voltaire
3. Análisis de Cándido o el optimismo
3.1. Historia del Cándido como una sátira a los filósofos
3.2. La utopía en Cándido como El Dorado
3.3. La topía en Cándido
3.4. Tres críticas en Cándido: al optimismo, cristianismo y naturalismo rousseauniano
4. Cándido y dialéctica utópica (o tópica)
Conclusión
Bibliografía
Introducción
En presente ensayo intento analizar los elementos de utopía y topía (topos) en Cándido o el optimismo (1759) de Voltaire, y este análisis consiste en sustentar que, en la obra de Voltaire del siglo ilustrado que rechaza utopismo, sí hay los elementos de la dialéctica entre la utopía y topía, por consiguiente, tanto los utopistas como ilustradores tienen mismo objetivo: presentar una alternativa deseable desde presente hacia el futuro. De este modo, para justificar dicha propuesta, inicialmente voy a revisar el contexto histórico de la línea utopista desde Moro y su Utopía con sus fundamentos antecedentes, hasta los autores de la ciencia ficción contemporánea; posteriormente examinaré la época de Voltaire y Cándido enfocando a su pensamiento ilustrado deísta y su antagonismo contra el optimismo; y lo siguiente, analizaré el texto de Cándido o el optimismo: su historia, su expresión de utopía y las topías, sus críticas y la intención de Voltaire; en último, voy a concluir sintéticamente cómo hace Voltaire la dialéctica utópica (o tópica) en Cándido, y cuál suceden los ilustradores de sus antecedentes como utopistas humanistas.
1. Contexto histórico de la línea utopista: dialéctica entre topía y utopía
El término “utopía” fue usado primeramente en la obra del mismo nombre de Tomás Moro (Inglaterra 1478 – 1535), la que se publicó a principios del siglo XVI, del año 1516. Fue una nueva palabra compuesta de “topos (lugar, país) y ou (no, negación)” en griego,[1] por lo tanto significa “lugar que no existe” y/o “lugar situado en ninguna parte”.[2] El título completo de la obra de Moro es “Del estado ideal de una república en la nueva isla de Utopía (De Optio, Reipublicae Statu deque Nova Insula Utopia Libellus Vere Aureus en latín)”, el libro está formado por dos cartas al principio y texto de dos libros de los diálogos entre tres personajes de Moro, Rafael y Pedro Egidio: en el primer libro, el autor crítica los problemas sociales de su época y de su país Inglaterra; en el segundo libro, representa lo contrario, describe detalladamente el sistema social de la isla ficciosa de “Utopía” por la voz de Rafael como una alternativa a los problemas sociales que se expresan en el primer libro; y en final de este diálogo, Moro ha de reconocer con total franqueza los muchos aspectos de la República de Utopía que desearía ver adoptados por nuestros Estados,[3] sin embargo, continúa teniendo dudas también sobre la posibilidad de adaptar su sistema social en estados europeos. Esta ficción del diálogo ficticio entre los personajes real y lo ficticio presenta el imaginario sobre “no hay tal lugar”[4](utopía) ideal, y revisa su posibilidad en la realidad de “sí hay tal lugar” (topos o topia),[5] la utopía no “es”, pero “debe ser”,[6] pues, la utopía es del orden de lo irrealizable, en tanto que la topía es del orden de lo realizado o realizable en el orden existente,[7] entonces debería ser la topía la utopía [8]., por consiguiente, entre las diferencias de la topía (lo que “es”) y utopía (lo que “deber ser”), [9] se ocurre una dialéctica sobre su posibilidad, las ideas utópicas reflejan tradicionalmente esta dialéctica entre topía y utopía, tiene dos fundamentos de las creencias antiguas: la fe judeocristiana en un paraíso creado con el mundo y destinado a sobrevivirle y el mito heleno de una bellísima ciudad ideal, construida por los hombres y para los hombres sin la asistencia de los dioses, e incluso en contra de los mismos,[10] uno se reflexionó en las páginas de Biblia, el otro es reflexionado en La República[11] de Platón.
Una causa del nacimiento de la Utopía es traducción de la República en latín en el siglo XV,[12] fue la época de oro del Renacimiento que florecía la cultura híbrida nacida del cruce de la creencia paradisíaca y la ultramundana de la religión judeocristiana con el mito helénico de una ciudad ideal en la tierra,[13] el genio griego dio origen la gran utopía filosófica de la antigüedad, La República estaba escrita en forma de diálogo entre Sócrates y otros personajes, en dicho diálogo, se representó un país perfecto aunque todavía no existe dicho lugar, se consideró como un país perfecto en el que se puede realizar justicia, pero según Sócrates en la misma obra, defender la justicia como un bien absoluto es una tarea difícil [14] para realizar en la práctica, pero sí había la posibilidad. Las ideas de Platón fueron vinculadas con el cristianismo por San Agustín de Hipona (Tagaste, Numidia, 354-430) en el momento que se transformó de la edad antigua a la Edad Media. El año 410, San Agustín analizó la historia desde la Biblia para justificar el cristianismo y fundar una nueva filosofía social[15] contra los paganos que criticaron el cristianismo, y posteriormente, presentó el concepto de “la ciudad de Dios” como un contraste de la ciudad del terreno en su gran y extensa obra Ciudad de Dios (412-426[16]): la ciudad del terreno se funda en el amor hacía sí mismo, y la ciudad de Dios se funda en el amor de Dios, pero la ciudad de Dios no existe en el cielo como el paraíso, sino las dos ciudades están mezcladas y entreveradas en nuestro mundo hasta que el último juicio las separe[17], hasta el momento del juicio de Dios, “historia de las dos ciudades que progresan la una con la otra y, por así decirlo, la una en la otra”.[18] Luego, la idea de la Utopía de Moro, nació en el mundo del Renacimiento y la Reforma que fue bautizada de la cristiandad helenizada, durante este periodo, florecieron las creaciones de la híbrida del cristianismo y humanismo del origen griego,[19] El humanismo fue idea central de los renacentistas, dentro de su filosofía, quitaron la fantasía religiosa del paraíso, aspiraron a una ciudad humana de corte como el ideal racionalista,[20] por eso, el pensamiento humanista cristiano de la época del Renacimiento fue, fundamentalmente, utópico.
Los fines de la época del Renacimiento, es decir, la época que está transformando a la del modernismo, Tommaso Campanella (Calabria, Italia, 1568-1639) escribió La Ciudad del Sol sobre un país ficticio de la Ciudad del Sol, al mismo tiempo presentó un modelo alternativo de sociedad teocrática a la injusta sociedad en que vive,[21] su obra revela un doble pertenencia social: hombre de Iglesia respetuoso de la jerarquía romana y hombre del pueblo consciente de la miseria de los suyos y de la insuficiencia del Evangelio como piedra angular de una sociedad nueva,[22] no obstante, esta obra también fue escrita en la forma de una dialéctica política entre dos personas de Hospitalario y Genovés como las de Platón y Moro, pone el énfasis en la ciencia y el poder de la sabiduría como tres dignatarios de Ciudad del sol Pon, Sin y Mor, lo cual significa en la lengua del país: “Potencia, Sabiduría y Amor.”[23] Cuando llegó el momento del inicio del modernismo, la idea de la utopía eliminó casi completamente sus elementos míticos del paraíso, también empezó descartar los elementos de la metafísica, Francis Bacon (Inglaterra 1561-1626) no escribe La Nueva Atlántida (1624) [24] como una obra literaria utópica moralista, sino escribe como una novela de ciencia-ficción, presenta las posibilidades materiales de la civilización occidental que se adelantarán por medio del sueño, y procurará con ellas asegurar la felicidad del hombre en la tierra a falta de su salvación eterna,[25] el título de Bacon de Nueva Atlántida es muy ilustrativo,[26] En La Nueva Atlántida la ciencia ya no es sólo una búsqueda de las leyes de la naturaleza, sino que implica una transformación de la sociedad tanto por las ventajas materiales que le facilita como por propia finalidad, a la que aspira llegar sirviéndose de hombres. La nueva Atlántida abre un nuevo capítulo en la historia de los sueños de Occidente, la ciencia, para Occidente, se convierte en la esperanza final de una nueva espera, como el sueño de la ilustración y los modernistas, y cuando llega el siglo XIX, este cientismo se vincula con el socialismo, como el socialismo científico, como lo contrario del socialismo utópico, hice otra dialéctica entre topía y utopía para realizar la utopía comunista. Además, surge otra concepción de “no hay tal lugar” negativo como la contra-utopía[27] o distopía[28]: “la distopía moderna ha detectado que la justificación sistemática de la historia puede, al mismo título que la utopía, constituir una fuga, una coartada, una forma de esquivar las responsabilidades”,[29] imagina un peor futuro o un peor lugar, para hacer una dialéctica con la topía, en contraste con la utopía que debe ser, la contra-utopía o distopía muestra que no debe ser.[30] Aunque sus métodos son muy contrarios, tanto utopía como distopía tienen mismo objetivo: presentar camino correcto posible para nuestro futuro ideal. Estas concepciones de la distopía también se reflejan en las ficciones científicas del fin del siglo XIX y principios del siglo XX, como las obras de Aldous Leonard Huxley (1894 – 1963 Inglaterra) y Geroge Orwell (1903-16950 Inglaterra). Por otra parte, desde Moro siempre hay un género literario popular de la utopía como viajeros imaginarios que no habían salido nunca de su casa, descubrieron países maravillosos que avergonzaban a Europa, no se casaban de celebrar las virtudes de estos pueblos inexistentes, las viejas utopías,[31] es verdad, tantas obras contemporáneas de ciencia ficción son de misma línea de este género utópico literario, como una fantasía, pero los elementos utópicos son tan débiles, algunas obras representan distopía.[32]
2. Contexto histórico y teórico de Cándido o el optimismo: pensamiento de Voltaire
El siglo XVIII fue el momento de la disputa de los Antiguos y los Modernos, comenzada en el terreno de la elección de temas y de medios de expresión, terminó llevando sus aguas a la corriente de la rebelión intelectual, por los progresos de la ciencia, el cientismo, nacido en el siglo XVI y desarrollado en el XVII, hizo en el XVIII numerosas levas, porque la ciencia parecía darle la razón, el admirable ímpetu científico del siglo XVIII contribuyó de manera decisiva a establecer el triunfo de la razón y de las luces, apenas disciplina científica o técnica que no obtuviera, sorprendentes éxitos,[33] fue la época de la cultura iluminística y la civilización humanitaria,[34] El año del 1784, Kant declaró qué fue la ilustración para su siglo XVIII:
Es la liberación del hombre de su culpable incapacidad, la incapacidad significa la imposibilidad de servirse de su inteligencia sin la guía de otro, esta incapacidad es culpable porque su causa no reside en la falta de inteligencia sino de decisión y valor para servirse por sí mismo de ella sin la tutela de otro, ¡Sapere aude! ¡Ten el valor de servirte de tu propia razón![35]
Esta época de las luces también fue un siglo cosmopolita, en que los hombres viajaron mucho y se apasionaron por el descubrimiento de un vasto mundo y de las costumbres de pueblos ignorados, entre los libros de moda, fueron numerosas en esa centuria las narraciones de viaje, ese braceo de conocimientos, esas nuevas comparaciones, contribuyeron a agrietar edificio de las ideas establecidas, descubrióse que podía haber otros sistemas de pensamiento diversos de los del occidente cristiano, la leyenda del buen salvaje, dotado por las circunstancias de toda clase de virtudes, fue universalmente aceptada, [36] dentro de esta época de la ilustración y la aventura hacia los nuevos mundos, podemos encontrar su más interesante expresión y su más singular encarnación en “Voltaire”,[37] del nombre real de François Marie Arouet (Francia 1694-1778), fue la figura central de la ilustración,[38] era un gran intelectual francés civil y civilizador, racionalista y tolerante, liberal y anticristiano, individualista y enemigo de los poderes arbitrarios, francés e internacionalista, espiritual, profundo y fino, todo garbo y todo ácido,[39] fue un escritor, filósofo, abogado y principal miembro de la generación enciclopedista, y suscribió uno de los proyectos más fantásticos de la Ilustración: una religión racional, deísmo. Voltaire fue deísta, creyó que la existencia de un ser supremo podía inferirse de manera natural de las pruebas de la existencia de un designio en el mundo,[40] encarnaba el espíritu clásico a diferencia de Jean Jacques Rousseau (1712-1778 Francia): otra grande de su generación que encarnaba lo del romántico. Rousseau fue un enemigo de la modernidad, creyó que las instituciones sociales corrompían a los seres humanos; Voltaire pensó que los civilizaban,[41] creyó el estado de naturaleza como un estado empobrecido e incivilizado, desdeñó la opinión de que los males de la sociedad provienen de sus desviaciones de la naturaleza;[42] Voltaire tenía claro que los valores de la Ilustración no exigían la imposición universal de un solo régimen político, pero no podía permitir que su relativismo acerca de los regímenes políticos ahogara los valores que definían a la civilización misma, la dicotomía de la Ilustración entre civilización y barbarie, la noción de cultura implica que los seres humanos han inventado en el pasado, e inventarán en el futuro, muchas maneras diferente de vivir bien, reconocido una pluralidad de culturas,[43] como así Voltaire fue un relativista político, al mismo tiempo era liberal, pensó cómo se podía poner límite a la arbitrariedad del poder político sometiéndolo a la ley, el liberalismo de Voltaire no tiene ninguna sensibilidad hacia la igualdad,[44] esto es otra diferencia con Rousseau que siempre pone el énfasis en la sociedad realizada la igualdad. El liberalismo volteriano es empírico y no dogmático,[45] Voltaire no vio la historia desde una perspectiva teleológica, si bien pensó que todos los pueblos podrían converger en una civilización global,[46] la historia humana es la historia de una caída progresiva, de una descomposición cada vez más completa del hombre y de la sociedad; es una ascensión, lentísima, insensible, penosa y cruelísima, pero siempre una ascensión una asunción a la luz como humanidad corporal y espiritual.[47] Para Voltaire, Dios es una idea práctica,[48] el punto de vista de Voltaire es adverso a todas las religiones reveladas o tradicionales, expresadas en culto.[49] El pensador francés escribe los relatos cínicos, pero no es el cínico o cinista, sólo usa el estilo y metáfora cínica para mostrar la realidad problemática y injusticia, el cinismo abierto y declarado por lo menos; el cinismo encubierto y oblicuo de aquellos que, viendo el mal, lo niegan, lo impugnan, lo disfrazan, admiten que todo está bien, que todo marcha lo mejor posible; y deducen de esto la falsa consecuencia de que, obrando ellos mismos mal, obran bien, que cometiendo actos criminales e inhumanos, merecen ser loados: Voltaire no se plegó estas monstruosidades[50], escribe los cuentos filosóficos y dramas teatrales contra ellas como la sátira o cuento o drama filosófica, “las novelas de Voltaire siempre son pensamiento”,[51] y sin duda, su obra principal es Cándido o el optimismo (1759).
El término del “optimismo” significa la doctrina filosófica que atribuye al universo la mayor perfección posible,[52] Gottfried Wilhelm Leibniz (1646-1716), conocido como “último defensor de la república cristiana”[53], anunció su optimismo que, nuestro mundo es el mejor uno posible y su fundamento es que Dios existe, Dios siempre elige la más perfecta para nuestro mundo. Desde el tardío del siglo XVII a los primeros años de la época de las luces, Leibniz declaró dicha tesis optimista varias veces en sus obras, cartas y documentos, [54] y definió que “las desgracias de la vida humana son males necesarios” en su Essais de Théodicée (1710).[55] El poeta Alexander Pope (1688-1744 Inglaterra) también había expresado la visión similar con Leibniz en su Ensaryo sobre el hombre (1732-1732),[56] este optimismo comenzó a difundir en la cultura europea durante las discusiones filosóficas del orden y de la bondad del mundo a que diera lugar el terremoto de Lisboa del año de 1755[57] que más de 20 mil personas perecieron, en un poema Sobre el desastre de Lisboa (1755), Voltaire combatió la máxima “todo es bueno” considerandola como un insulto a los dolores de la vida como este desastre,[58] plantaba una sátira feroz de esta máxima y de toda la actitud basada en ella,[59] eso es Cándido o el optimismo.
3. Análisis de Cándido o el optimismo (1759)
3.1. Historia del Cándido como una sátira a los filósofos
El cuento filosófico del relato cínico como novela o cuento de la sátira, Cándido o el optimismo, empieza un anunció falsifico que el autor es el alemán Dr. Ralph, esta libro es la traducción de alemán de su obra.[60] El cuento se forma por 30 capítulos, no es el volumen general de un cuento[61], es casi lo de novela de la extensión media, en estos capítulos, expresa un viaje larguísimo de un personaje principal, de Cándido, con otros personajes metafóricos como Pangloss, Martín, Cacambo y Cunegunda: Cándido era “un muchacho a quien la naturaleza había dotado de la más suaves cualidades”[62], entonces se llamaba Cántido (Candide); su tutor, se llama Pangloss significado “totalidad (pan)-lengua (gloss)” en el griego, enseñaba “metafísica-teólogo-cosmolo-nigología, y probaba por modo admirable que no hay efecto sin causa, y que en este mundo, el mejor que se pueda imaginar”.[63] Sin duda este personaje es la parodia de Leibnitz[64] y su optimismo metafísico. Además, su nombre inventado de “Pan-gloss” refleja el punto de vista crítica de Voltaire a los hombres que siempre están usando el lengua, como los filósofos que hablan falsa filosofía y los sacerdotes. Como así esta obra es totalmente una sátira contra la corriente del optimismo y la iglesia, pero también es una novela de tesis como Don Quijote y Fausto, [65] porque se empieza su viaje para examinar la creencia de Cándido enseñada por Pangloss como el viaje de Quijote; y para ganar el corazón pura de la naturaleza de Cándido, aparecen dos personajes contrarios y sus filosofías contrarios como Pangloss que refleja el optimismo y Martín que refleja el pesimismo, como el Dios y Mephistopheles que quieren dominar el corazón de Fausto. Y desde mitad del viaje, Cándido acompaña un criado mestizo, Cacambo, como Sancho Panza de Quijote, tanto Sancho Panza como Cacambo reflejan sabiduría popular o/y el punto de vista realista del público; además, existe Cunegunda para Cándido como Dulcinea para Quijote aunque Cunegunda no es personaje imaginario como Dulcinea, pero en el fin de la historia, Cunegunda no más es la bella en la imagen de Cándido durante su viaje sino ha sido una vieja fea con las experiencias dolorosas, como Aldonza en la realidad de Don Quijote. Por consiguiente, según Arturo Labriola, “Cándido es la venganza, melancólica y al par alegre, punzante y sin embargo benigna, mezcla de epopeya y farsa, de sátira y elegía, fruto maduro del más profundo conocimiento de los hombres y de sus pensamientos y venganza que Voltaire se toma de todas las iniquidades y todas las infamias a que están sometidos los hombres”.[66]
3.2. La utopía en Cándido como El Dorado
Los cuentos filosóficos de Voltaire como Cándido cumplen la doble condición de asociar la forma y el fondo, la aventura y la teoría,[67] es verdad, en el siglo XVIII muchas novelas y cuentos del género utópico expresan un viaje al mundo extraño, para buscar una utopía, los mayores de esos expresan el Nuevo Mundo, es decir, el continente América. Según Ezequiel Martínez Estrada, el modelo de la Utopía de Tomás Moro era Cuba,[68] los conquistadores europeos habían pensado al continente americano como el cumplimiento de las viejas leyendas utópicas desde la Antigüedad y de la Edad Media, como el topos de realizar sus viejos sueños, como la realización de sus viejos mitos clásicos incluso la creencia de la tierra prometida, hablar de utopía es hablar de América,[69] América no era otra cosa que el ideal de Europa, en el Nuevo Mundo sólo se quería ver lo que se había deseado que fuera Europa, descubrimiento del nuevo mundo se inventó el mito de nuevo mundo ideal como el mito de El Dorado,[70] un año luego de la llegada de Cristobal Colón, el 1493 Pedro Mártir escribió una carta sobre el lugar de mucho el oro,[71] el oro es símbolo de la riqueza, pero también es un símbolo del valor mejor como la expresión de la edad del “Oro”. Es verdad que esta época del inicio de la modernidad, los europeos miran el oro de América como fuente de la riqueza económica, pero los indígenas de la civilización grande de América como los incas y mayas no piensan su valor económico, sino lo miran estéticamente al oro como un material mejor de la belleza. Los principios del siglo XVI, con la conquista, los europeos buscan el lugar de los dorados, por ejemplo de ellos, Aguirre y sus soldados en Amazonas, pero no lo buscó, quedó como el mito imaginario. El autor de Cándido, un gran ilustrador también considera El Dorado, pero no tiene interés en el valor económico del “Oro” como su riqueza, sino lo expresa como el único lugar ideal en el todo el mundo, como la utopía: “de fijo que si hay en la tierra algún lugar donde todo va bien, este lugar es Eldorado”[72]. Sin embargo, a diferencia de la Utopía de Moro, el autor francés no describe detalladamente sistema social de Eldorado, describe sólo pocos sistemas socialistas como “todas las posadas establecidas las paga el gobierno”,[73] mayores descripciones expresan su imagen como típica ciudad imaginaria en las obras de los europeos, como naturaleza maravillosa, muchos oros y tesoros y la gente amable y buena, sin codicia, según la voz de Cándido o Voltaire, “probablemente es la tierra donde todo a sale a medida del deseo; porque no puede menos de haber alguna donde suceda esto, por más que me dijes maese Pangloss”[74]. Como así Voltaire no tiene ningún interés en su posibilidad de esta sociedad ideal de Eldorado, sólo quiere expresar que ese lugar es increíblemente maravillosa, como la ilusión del ser humano, pone el énfasis sólo en su im-posibilidad.
3.3. La topía en Cándido
Mayores partes de Cándido no muestran el mundo ideal utópica como Eldorado, sino expresan la topía terrible y miserable en el estilo cínico y lenguaje chispeante[75] con la repetición de la frase de “todo está bien”, como el efecto de la ironía. En el inicio de la obra, Cándido fue expulsado del mundo feliz, del castillo del barón Thunder-ten-tronck, su causa era besar la hija de barón, hizo el prohibido, como la expulsión de Adán del Edén: este castillo se expresa como un paraíso que todos quieren regresar, esto no es un modelo de la utopía, el Edén que crea Dios no es utopía sino el paraíso, la utopía es el lugar del tierra que tiene el perfecto sistema social para todos aunque ahora no hay tal lugar, según Adolfo Sánchez Vázquez, “la utopía no está en “ninguna parte”, [76] tiene la posibilidad de realizar su sistema ideal en el mundo real: eso es la utopía. Lo contrario, el castillo de barón no tiene este sentido, el castillo que quiere regresar Cándido es sólo un paraíso imaginario como Edén a los hombres, y también puede interpretar como una metáfora del paraíso Rousseauniano-romántico, del estado de la naturaleza pura salvaje: según Rousseau, el hombre civilizado resulta todo problema tópica como desigualdad desde su civilización, entonces el hombre mentalmente debe retornar al estado del hombre salvaje, como su origen natural, porque en su momento del origen sin civilización, los hombres están feliz sin desigualdad con igualdad. Sin embargo, la verdad es que tanto Cándido en la obra de Voltaire, como los cristianos que imaginan Edén, y los seguidores de la idea de la Rousseau tampoco, nadie pueden regresar a su paraíso, finalmente fracasan, al menos en la realidad. Como Adán expulsado desde Edén, Cándido empieza peregrinación dura con su creencia del optimismo que le educa Pangloss, pero sigue viendo topías tragedias y dolorosas incluye el terremoto de Lisboa, por esta razón comienza la dialéctica entre las palabras optimistas del Pangloss y la realidad contraria, y también ocurre la dialéctica entre el lugar ideal de Eldorado en el otro mundo y la realidad miserable de su tierra natal, además que vive Cunegunda. Con su forma literal de tragicomedia, esta sátira es completamente una contraste de dos diferencias: según Hazard, “las aventuras en el mundo antiguo y en el nuevo, los naufragios, los autos de fe, rejuvenecidos y vivificados por una chispeante fantasía; una especie de febrilidad, debida a la supresión de todas las pesadeces, de todos los intermediarios inútiles; una gesticulación de fantoches, una danza macabra de marionetas cómicas; esto es Cándido”[77]. En Candido, Voltiare se burla del intento de Leibniz por demostrar que los males del mundo son necesarios para su perfección, satirizando su “principio de razón suficiente” como una reformulación racionalista de la providencia cristiana a través del personaje cómico del optimista obtuso, Pangloss.[78] El viaje largo de esta dialéctica entre la utopía y la topía, entre la palabra de “todo está bien” y la realidad de “todo está mal”, Cándido define nuevamente el optimismo como “la rabia de sostener que todo está bien cuando todo está mal”, [79] los pobres protagonistas de esta historia cruel pierden casi todos, pero al menos se sobreviven, Cándido la encuentra, y se casa con Cunegunda aunque ella ya perdió su bella, y ya fue violentada más de cien veces. En final, en el último capítulo de “conclusión”, Cándido, Pangloss que todavía no abandona el optimismo, y Cunegunda sin bella, encuentran el gran secreto del mundo, que les permitirá pasar en paz el resto de sus miserables días: cultivarán su jardín (“mais il faut cultiver notre jardin”).[80]
3.4. Tres críticas en Cándido: al optimismo, cristianismo y naturalismo rousseauniano
Claro que el principal objeto de la crítica y la sátira en Cándido es el optimismo metafísico de Leibniz y Pope, sin duda. No obstante, la tesis de Leibniz y Pope que Voltaire quiere criticar, la que “los males del mundo son características necesarias del mismo”, no es sólo la tesis del optimismo metafísico de los racionalistas dogmáticos, sino también es una doctrina del cristianismo que dominaba hasta la edad medieval. Leibniz acepta esta doctrina del cristianismo en su optimismo, en cambio, para Voltaire, para el gran pionero de la ilustración, es falsa doctrina vieja y injusticia, para los ilustradores, la tesis optimista es sólo el canto del cisne de la república cristiana[81] para defender dogma del cristianismo que ya está muriendo. Como así Pangloss, del nombre inventada en griego “totalidad del lengua”, no es sólo un personaje paródico sobre un metafísico del optimismo sino también parodia de los sacerdotes siempre hablan la dogma del cristianismo por el lengua, como malos jesuitas en la obra. Como así Cándido es la sátira contra el optimismo, pero también la contra el cristianismo dogmático,[82] y estos malos dogmas hacen la topía tragedia, Voltaire intenta ilustrar la gente ante ellos. Y por tanto Cándido y otros cuentos filosóficos de Voltaire con la miseria aleatoria de la vida humana reflejan su creencia deísta-ilustrada,[83] el deísmo no rechaza la existencia de Dios, acepta su existencia como la existencia de un Ser Supremo,[84] pero evita la autoridad de la iglesia y su teoría dogmática de la teología. Voltaire creyó que el cristianismo era el más grande obstáculo en el camino de la civilización a la cual aspiraba, [85] su compañero y enemigo Rousseau también era deísta, sin embargo no crítica mucho a la iglesia como Voltaire, acepta la necesidad de la educación de la religión, del cristianismo, en su obra Emilio o de la educación (1762). Lo contrario, Voltaire tiene el punto de vista más crítica a la iglesia, por esta causa, algunos sucesores volterianos interpretan que Voltaire casi era un ateísta,[86] pero el deísta francés nunca se imaginó que las sociedades modernas carecerían de un sentido religioso.[87] Es verdad Voltaire crítica también a Rousseau y su teoría del hombre natural, Rousseau escribí El Discurso sobre el origen y los fundamentos de la desigualdad entre los hombres (segundo discurso) el año de 1754[88], en dicha obra, en el estado natural los hombres son buenos, feliz e igual, no obstante, la civilización hace la desigualdad para lograr la superación a los otros, el hombre civilizado resulta todo problema actual, por eso los hombres deben regresar al estado natural bueno: esto no significa deben ser los salvajes en la selva, sino deben recuperar su mente bueno del estado natural. Lo contrario, Voltaire no cree que el hombre originalmente “bueno”, por esta causa en Cándido no describe sólo los desastres, sino describe también los actos malos y peores de los hombres, expresa que los hombres son “mentirosos, trapaceros, pérfidos, ingratos, bandoleros, veleidosos, débiles, cobardes, envidiosos, glotones, borrachos, avaros, ambiciosos, sanguinarios, calumniadores, intemperantes, fanáticos, hipócritas y tontos”[89]. Dos grandes de la ilustración seguían chochando con sus puntos contrarias, Rousseau anunció que “yo no leí Cándido” en su carta,[90] y escribe Emilio o De la educación (1762) pocos años después de Cándido, sin embargo, Cándido es Emilio, Emilio es Cándido, dos grandes de la época de las luces, ambos quieren sus hombres “ilustrar” aunque tenían deferentes puntos y métodos. Cándido es el personaje reflexible del autor Voltaire propio, cuando era muy joven, Voltaire también había tenido punto de vista optimista, como joven Cándido en el castillo, no obstante Voltaire echa su reflexionador Cándido en la realidad cruel y peor, lo contrario, Rousseau cuida su niño imaginario Emilio contra los malos del mundo, y lo educa como un hombre “natural”, pero Voltaire educa su niño Cándido como el hombre “cultivo”.
3.5. Cándido y dialéctica utópica
En encyclopédie, una síntesis espectacular de las ideas de la generación ilustrada, asombra la ausencia de un artículo sobre la utopía según se van desgranando los epígrafes desde utilité hasta Utrecht, si se hace un muestrario de los artículos de la Enciclopedia sobre los más famosos autores de utopías para ver si el tema de la utopía aparece tratado de alguna manera bajo sus nombres, conseguiremos igualmente resultados muy pobres, no aparece rúbrica alguna para Tomás Moro; por otra parte, el esperado elogio de Francis Bacón está ahí, pero sin hacer referencia alguna a su Nueva Atlántida, y Campanella es sencillamente denigrado a causa de sus fantasías filosóficas, toda vez que se ignora por completo su Ciudad del sol. [91] Como así los racionalistas de la ilustración o bien trataron a los visionarios del siglo XVII como mentes calenturientas, cuya imaginación había desbancado a la razón, dejando tras de sí toda una masa de confusiones, ninguno de los partes mejores de las Luces francesas escribió una utopía en el sentido usual de la palabra, aun cuando se descubren en sus obras divagaciones utópicas cuya verdadera intención. Es verdad Cándido es una parodia de las utopías[92], una parodia sobre las obras del género utópico de los relatos del aventura al mundo maravillosos y los falsas utopistas como optimistas metafísicas, sin embargo, expresa que al menos una utopía existe, Eldorado, como el sueño que no podemos abandonar, además no llega a la conclusión totalmente pesimista, no se abandona dialéctica entre la topía dolorosa y la utopía desearía, al menos los protagonistas viven juntos y tienen su tierra. Claro que Voltaire no es utopista,[93] no hay nada utópico en la concepción de Voltaire sobre el bienestar humano, y no tiene en consecuencia, planes que actuar ni proyectos que proponer, no sabe nada del porvenir del mundo, sólo conoce que, para mejorar el mundo de las relaciones humanas, es menester dejar libre curso a todas las experiencias, no otra cosa es su predicación de la tolerancia, [94] no obstante, ¿qué es la tolerancia que lucha para realizarla Voltaire en toda su vida? Y ¿por qué este gran intelectual francés terminó su obra maestra con la frase de “debemos cultivar nuestro jardín”?
“la tolerancia” significada “respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias”[95] es la lema de su vida de Voltaire, dice que intolerancia es el derecho del animal como tigre para comer, pero el hombre tiene razón, debe exterminar la realidad intolerable y debe practicar la tolerancia, esto es diferencia entre el animal y hombre,[96] porque sólo los espíritus razonables piensan noblemente,[97] esto significa, para el pensador francés, “debería ser” el mundo intolerable actual el mundo tolerable en la realidad en el futuro, como la utopía,[98] como así Voltaire también imagina una utopía de la tolerancia de los hombres ilustrados, “debería ser” la topía intolerable la utopía tolerable, la utopía no sólo marca un distanciamiento de lo existente, sino también una alternativa imaginaria, a sus males y carencias,[99] como el sueño de la generación de la ilustración. Por consiguiente Voltaire presenta un hombre “cultivo” o “trabajador” en el final de Cándido, describe nuestro deber en la realidad actual es “cultivar” (o trabajar), a diferencia de los nobles del tiempo anterior, y a diferencia de los hombres usan sólo su “lengua” sin trabajo laboral. Ésta no es conclusión pesimista sino realista, refleja el valor del nuevo tiempo de las luces que la ilustración es la liberación del hombre de su culpable incapacidad de la imposibilidad de servirse de su inteligencia sin la guía de otro,[100] como así el realista Voltaire rechaza el optimismo metafísico como la rabia de la mentira[101], y crítica el abstraccionismo rousseauniano[102] como el sueño imposible, pero el pensador realista también presenta alternativa suya luego de revisar los peores del mundo, es que “debemos cultivar” nuestro mundo, propiamente.
Conclusión
Sintéticamente, la línea utópica empieza de la obra de Moro del mismo nombre, pero ya empezó desde dos mitos del paraíso cristiana y ciudad ideal del humanismo griego, Moro sólo refleja estos esperanzas humanos con el punto de vista más realística como el sistema social concreta realizable de la isla Utopía, en estas obras de la línea utopista, se expresa la dialéctica entre la topía y utopía, y su conclusión, se habla su posibilidad, como topía “deber ser” utopía, este utopismo vincula con descubrimiento del nuevo mundo, por eso se forma un género literario del viaje al mundo extraño, como una aventura para buscar el lugar ideal, este corriente utopista fue desvalorado en la época de Voltaire, el siglo de razón ilustrada. Voltaire escribe su sátira Cándido o el optimismo contra optimistas metafísicos y las obras falsas del genero utópico, y en su parodia, critica el optimismo, cristianismo dogmático y abstraccionismo rousseauniano. No obstante, alguna parte hay semejanzas con Rousseau, porque ellos son grandes de la ilustración por esta causa, tienen mismos objetivos de ilustrar realidad oscurana, además, Voltaire expresa una utopía de Eldorado del Nuevo mundo seguida la ilusión de los utopistas, por consiguiente Cándido o el optimismo es también una herencia de la tradición de la dialéctica utópica (o tópica) para dialogar y buscar alternativa posible entre la realidad (topía) y imaginación (utopía), Voltaire igualmente presenta esta alternativa, aunque es muy realista, es el hombre cultivo con su propia razón para su propio mundo.
Bibliografía
· Abbagio, Nicola, Diccionario de filosofía de Nicola Abbagio, (ed. Giovanni Fornero; Trad. José Esteban Calderón et. al.), 29 reimp., México: FCE, 2008.
· Ainsa, Fernando, La reconstrucción de la Utopía, México: Correo de la UNESCO, 1ª edición, 1999.
· Fernández Retamar, Roberto, Pensamiento de Nuestra América, 1ª ed., Buenos Aires: CLACSO, 2006.
· ________________________, Todo Caliban, Buenos Aires: CLACSO, 2004.
· Gray, John, Voltaire: Voltaire y la ilustración, Trad. María Cecilia Bernat de la Rosa, Bogotá, Barcelona, México y Buenos Aires (et. al) : Grupo Editorial Norma, 1999.
· Guerrero, Juan Antonio, “Prologo”, en Voltaire, Cándido, Zadig, el ingenuo, micromegas, Memnón y otros cuentos, 7ª ed., Méxio: Porrúa, 2005.
· Hazard, Paul, El pensamiento europeo en el siglo XVIII, (Trad. Julián Marías), Madrid: Ediciones Guadarrama, 1958.
· Ímaz, Eugenio, “Topía y Utopía”, en Tomás Moro (et. al.), Utopías del Renacimiento, 10ª reimp., México: FCE, 1993.
· Kant, Emmanuel, “Qué es la ilustración”, en Filosofía de la historia, Kant, (pról. y trad. Eugenio Ímaz), 10ª reimp., México: F.C.E., 2004, p. 25.
· Kupchik, Christian, La leyenda del Dorado: otros mitos de descubrimiento del América, Madrid: Nowtilus, 2008
· Labriola, Arturo, Voltaire y la filosofía de la liberación, (Trad. Alberto S. Bianchi), Buenos Aires: Editorial Americalee, 1944.
· André magnan, Voltaire y Candide ou l´Optimisme, Paris, PUF, 1987, p.12.
· Manuel, Frank E., y Fritzie P. Manuel, Pensamiento utópico en el mundo occidental, (trad. Bernardo Moreno Carrillo), 1ª ed.,3 tomos, Madrid: Taurus, 1981.
· Mora, Ferráter, Diccionario de Filosofía, Buenos Aires: Sudamericana, 6ª edición, 1965.
· Nuñez Ladeveze, Luis, “Sobre el proceso de la utopía a la distopía”, en Revista de Estudios Políticos, Nueva Época, Núm.52., Julio-Agosto, 1986.
· Platón, La república, (trad. Ivonne Saín Marínez), México: Grupo editorial tomo, 2004, p. 101.
· Real Academia, Diccionario Real Academia española, 22ª ed., http://rae.es/rae.html
· Rousseau, Jean Jacques, Profesión de fe del vicario saboyano y otros escritos complementarios, (Int. , trad. y notas de Antonio Pintor-Ramos), Madrid: Trotta, 2007.
· San Agustín, Ciudad de Dios, (Int. y Trad. Francisco Montes de Oca), México: Porrúa, 1990.
· Sánchez Vázquez, Entre la realidad y la utopía: ensayo sobre política, moral y socialismo, 2ª reimp., México: FCE y UNAM, 2007.
· Strickland, Lloyd, Leibniz reinterpreted, 1ª ed., New York: Continuum, 2006.
· Servier, Jean, Historia de la utopía, Caracas: Monte Ávila, 1969.
· Voltaire, Cándido y otros cuentos, (Trad. Antonio Espina, Sel. y nota preliminar Paulino Garagorri), 4ª ed., Madrid: Bolsillo, 1982.
· _______, Tratado de la tolerancia, (trad. Ricardo Zelarayán y Luis Echávarri), 1ª ed., Buenos Aires: Editorial Losada, 2003.
[1] Véase Mora Ferrater, Diccionario de Filosofía, Buenos Aires: Sudamericana, 6ª edición, 1965, p.987.
[2] Véase Fernando Ainsa, La reconstrucción de la Utopía, México: Correo de la UNESCO, 1ª ed., 1999, p. 15.
[3] Véase Ibídem., p.190.
[4] Eugenio Ímaz, “Topia y utopía”, en Tomás Moro (et. al.) Utopías del Renacimiento, 10ª reimp., México: FCE, p.7.
[5] Adolfo Sánchez Vázquez, Entre la realidad y la utopía: ensayo sobre política, moral y socialismo, 2ª reimp., México: FCE y UNAM, 2007, p.262.
[6] Ídem.
[7] Ibídem., pp.262-263.
[8] Ibídem., p.262.
[9] Adolfo Sánchez Vázquez, Entre la realidad y la utopía: ensayo sobre política, moral y socialismo, p.266.
[10] Frank E. Manuel y Fritzie P. Manuel, Pensamiento utópico en el mundo occidental, (trad. Bernardo Moreno Carrillo), 1ª ed., Madrid: Taurus, 1981, p. 35.
[11] Ibídem., p.97.
[12] Ibídem., p.34.
[13] Véase Ibídem., p.33.
[14] V'ease Platón, La república, Ver.y Int. Antonio Gómez Robledo, México: UNAM, 1971, p. 191.
[15] Jean, Servier, Historia de la utopía, Caracas: Monte Ávila, 1969. p.46.
[16] Estos años están siguiendo en Francisco Montes de Oca, “Introducción”, en San Agustín, Ciudad de Dios, Int. Y Trad. Francisco Montes de Oca, México: Porrúa, 1990, p. XXIV
[17] Francisco Montes de Oca, “Introducción” en San Agustín, “Ciudad de Dios ”, p.XVI.
[18] Ibídem., p. XIX
[19] Frank E. Manuel y Fritzie P. Manuel, Pensamiento utópico en el mundo occidental, p. 55.
[20] Ibídem., p.96.
[21] Fernando Ainsa, La reconstrucción de la utopía, p.45.
[22] Jean Servier, Historia de la utopía, p.103.
[23] Ídem.
[24] Publicó el año 1624 en Latín, el 1627 en Inglés. la Atlántida es una isla mítica y hipotética apuntada primeramente por Platón en su obra Timeo y Critia.
[25] Jean Servier, Historia de la utopía, p.114.
[26] Eugenio Imáz, “Topía y utopía”, p.29.
[27] Adolfo Sánchez Vázquez, Entre la realidad y la utopía, p.262.
[28] Fue usado primeramente por John Stuart Mil, en un discurso el año 1868.
[29] Luis Nuñez Ladeveze, “Sobre el proceso de la utopía a la distopía”, en Revista de Estudios Políticos, Nueva Época, núm.52., Julio-Agosto, 1986, p.118.
[30] Adolfo Sánchez Vázquez, Entre la realidad y la utopía, p.262.
[31] Paul Hazard, El pensamiento europeo en el siglo XVIII, (Trad. Julián Marías), Madrid: Ediciones Guadarrama, 1958 p.25.
[32] Frank E. Manuel y Fritzie P. Manuel, Pensamiento utópico en el mundo occidental , 1º tomo, p. 52.
[33] Juan Antonio Guerrero, “Prologo”, en Voltaire, Cándido, Zadig, el ingenuo, micromegas, Memnón y otros cuentos, 7ª ed., México: Porrúa, 2005, p. IX
[34] Arturo Labriola, Voltaire y la filosofía de la liberación, (Trad. Alberto S. Bianchi), Buenos Aires: Editorial Americalee, 1944, p. 11.
[35] Emmanuel Kant, “Qué es la ilustración”, en Filosofía de la historia, Kant, (pról. y trad. Eugenio Ímaz), 10ª reimp., México: F.C.E., 2004, p. 25.
[36].Juan Antonio Guerrero, “Prologo”, p. X
[37] El origen de este nombre inventado de “Voltaire” permanece en la oscuridad, algunos han insinuado que se trata de la abreviatura de un apodo de la época del colegio, “Le Volontaire” (el Vonluntarioso), pero todo parece indicar que se trata de un anagrama imperfecto de Arouet le June, (Arouet el joven), : véase John Gray, Voltaire: Voltaire y la ilustración, Trad. María Cecilia Bernat de la Rosa, Bogotá, Barcelona, México y Buenos Aires (et. al) : Grupo Editorial Norma, 1999, p.19.
[38] Ídem.
[39] Arturo Labriola, Voltaire y la filosofía de la liberación, p.12.
[40] John Gray, Voltaire: Voltaire y la ilustración, pp.41-42.
[41] Ibídem., p.58.
[42] Ibídem., P.59.
[43] Ibídem., p.61.
[44] Ibídem., p.63.
[45] Ibídem., p.65.
[46] Ibídem., pp.65-66.
[47] Arturo Labriola, Voltaire y la filosofía de la liberación, p.155.
[48] Ibídem., p. 111.
[49] Ibídem., p.119.
[50] Ibídem., pp,.158-159.
[51] Paul Hazard, El pensamiento europeo en el siglo XVIII, p.402.
[52] Real Academia, “Optimismo”, en Diccionario Real Academia española, 22ª ed., http://rae.es/rae.html
[53] Frank E. Manuel y Fritzie P. Manuel, Pensamiento utópico en el mundo occidental , 2º tomo, p. 266.
[54] Véase Strickland, Lloyd, Leibniz reinterpreted, 1ª ed., New York: Continuum, 2006, pp.7-8.
[55] John Gray, Voltaire: Voltaire y la ilustración, p.36.
[56] Ídem.
[57] Nicola Abbagio, “optimismo”en Diccionacio de filosofía de Nicola Abbagio, (ed. Giovanni Fornero; Trad. José Esteban Calderon et. al.), 29 reimp., Méxcio: FCE, 2008, p.782.
[58] Ídem; véase su texto de este poema en John Gray, Voltaire: Voltaire y la ilustració, p.36. y Paul Hazard, El pensamiento europeo en el siglo XVIII, p.410.
[59] Ídem.
[60] Algunos investigadores interpretan este Dr. Ralph es parodia o metáfora de Leibniz, véase André Magnan, Voltaire y Candide ou l´Optimisme, Paris, PUF, 1987, p.12.
[61] indica el término “Conte” en francés, señalado el cuento corto.
[62] Voltaire, Cándido y otros cuentos, (Trad. Antonio Espina, Sel. y nota preliminar Paulino Garagorri), 4ª ed., Madrid: Bolsillo, 1982, p.50.
[63] Ibídem., p.51.
[64] Arturo Labriola, Voltaire y la filosofía de la liberación, p.159.
[65] Ibídem., p.27.
[66] Ibídem., p.159.
[67] Paulino Garragoli, “Estudio preliminar”, en Voltaire, Cándido y otros cuentos, p.11.
[68] Roberto Fernández Retamar, Todo Caliban, Buenos Aires: CLACSO, 2004. P.41.
[69] Leopoldo Zea, “América en la historia”, Revista de Occidente, Madrid, 1970, citado en Fernando Ainsa, La reconstrucción de la utopía, p.119.
[70] Roberto Fernández Retamar, Pensamiento de Nuestra América, Buenos Aires: CLACSO, 2006, p.55.
[71] Christian Kupchik, La leyenda del Dorado: otros mitos de descubrimiento del América, Madrid: Nowtilus, 2008, p. 109.
[72] Voltaire, Cándido y otros cuentos, p.109.
[73] Ibídem., p.99.
[74] Ibídem., pp.98-99.
[75] John Gray, Voltaire: Voltaire y la ilustración, p.15.
[76] Adolfo Sánchez Vázquez, Entre la realidad y la utopía, p.298.
[77] Paul Hazard, El pensamiento europeo en el siglo XVIII, p.405.
[78] John Gray, Voltaire: Voltaire y la ilustración, p.37.
[79] Voltaire, Cándido y otros cuentos, p.106.
[80] Ibídem., p.154.
[81] Frank E. Manuel y Fritzie P. Manuel, Pensamiento utópico en el mundo occidental , 2º tomo., p.266.
[82] Sobre la relación del cristianismo y Cándido, véase John Gray, Voltaire: Voltaire y la ilustración, pp.39-41.
[83] ibídem., p.37.
[84] Ibídem., p.42.
[85] Ídem.
[86] Véase André Maurois, “el pensamiento vivo de Voltaire”, en Voltaire, Tratado de la tolerancia, (trad. Ricardo Zelarayán y Luis Echávarri), 1ª ed., Buenos Aires: Editorial Losada, 2003, p.13.
[87] John Gray, Voltaire: Voltaire y la ilustración, p.41.
[88] Pública en el año 1955.
[89] Voltaire, Cándido y otros cuentos, p.114.
[90] Véase Antonio Pintor-Ramos, “introducción”, en Jean Jacques Rousseau, Profesión de fe de vicario saboyano, (int., trad. y notas de Antonio Pintor-Ramos), Madrid: Trotta, 2007, p.24.
[91] Frank E. Manuel y Fritzie P. Manuel, Pensamiento utópico en el mundo occidental, 2º tomo, p.295.
[92] Ibídem., p.296.
[93] Arturo Labriola, Voltaire y la filosofía de la liberación, p.302.
[94] Ídem.
[95] Real Academia, “Tolerancia”, en Diccionario Real Academia española, 22ª ed., http://rae.es/rae.html
[96] Voltaire, Tratado de la tolerancia, (trad. Ricardo Zelarayán y Luis Echávarri), 1ª ed., Buenos Aires: Editorial Losada, 2003, p.58.
[97] Ibídem., p.171.
[98] Adolfo Sánchez Vázquez, Entre la realidad y la utopía, p.262.
[99] Ibídem., p.263.
[100] Emmanuel Kant, “Qué es la ilustración”, p.25.
[101] Voltaire, Cándido y otros cuentos, p.106
[102] Arturo Labriola, Voltaire y la filosofía de la liberación, p.156.
'학술 Mis ensayos' 카테고리의 다른 글
논문 국문 요약- 라틴아메리카의 유토피아적 사상 (0) | 2012.11.21 |
---|---|
이베로 아메리카 대학교에 온 로페스 오브라도르/페냐 니에토 (0) | 2012.05.18 |
마르크 블로흐 역사를 위한 변명과 폴 리쾨르 기억, 역사, 망각 비교 (0) | 2011.01.08 |
멜팅 포트 / 신크레티즘 / 멀티 컬쳐 / 멀티 철학 (스페인어 프레젠테이션) (0) | 2010.12.06 |
조르쥬 바타이유의 정치 철학: 다양성, 지속성 그리고 공존 (스페인어) (0) | 2010.12.06 |